Pedro de Legarreta

Nada es más importante para una sociedad, para su futuro y subsistencia, que sus niños y jóvenes. En este sentido la preocupación cada vez más patente de la sociedad por el tema educativo es fundamental, pero hoy surge en nuestro estado una nueva amenaza para los menores, me refiero a la Ley de derechos de los niños, niñas y adolescentes. En el esquema federal, hacia finales de 2014, se impulsó una ley en la que se incluían unos supuestos derechos sexuales y reproductivos de los menores, la preocupación de las organizaciones civiles se enfoco tanto en este tema, que pasó una ley federal que atenta contra la patria potestad de los padres de familia y su derecho primigenio para la educación de sus hijos.

Hoy en Sinaloa tenemos que enfrentar la “armonización” de esta ley general con nuestra legislación estatal. Amparados en ello, muchos diputados dicen que nada se puede hacer, que se tiene que aprobar como viene. ¡Falso!

En nuestro país, aunque proco se practique, existe el principio del federalismo, es decir, cada entidad puede hacer sus propias leyes, es así como al menos diez estados (entre los que destaca el Estado de México) han eliminado de su legislación esta aberración.

¿Quién cree usted que se preocupará más por un niño?, ¿sus padres o un diputado?

Ciertamente puede haber padres que no cumplan con su obligación de educar a los niños, e incluso algunos que les causen daño; en este caso se debe retirar la patria potestad y proteger al niño de los padres criminales después de un juicio en el que se les declare culpables, incluso antes de manera preventiva… pero no todos los padres podemos ser tratados como criminales porque quizá alguno podría cometer una fechoría, y eso es lo que hace esta propuesta de ley, además de quitar al niño el derecho, reconocido en tratados internacionales firmados por México, de ser educado por sus padres.

Hoy los legisladores de Sinaloa tienen la oportunidad de escuchar a la sociedad y escribir una ley que sea adecuada y benéfica para nuestra sociedad, esperemos que la aprovechen, honren su dicho de tener un Congreso que escucha a sus representados.