Bernardo Ardavín Migoni
El Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) y las elecciones
Una medida del gobierno que levantó muchas ámpulas, justificadamente, unos cuantos días antes de las elecciones, fue el extraño decreto de la Secretaría de Educación Pública invalidando la evaluación de los docentes, mediante la suspensión de los exámenes correspondientes. Fue un ucase que violentaba normas constitucionales y legales, tanto en su contenido sustantivo cuanto por la usurpación de facultades propias del organismo autónomo (INEE), por parte de la mencionada secretaría. Un día después de las votaciones el Secretario del ramo rectificó: aquí no ha pasado nada. ¿Una táctica exitosa o una burla a los ciudadanos?...
El gobierno es incapaz de recuperar la gobernabilidad
A su vuelta, el PRI no ha podido recuperar, a cabalidad, el presidencialismo con su autoritarismo paternalista. Pero si se han hecho presentes, con gran ímpetu, otras dos características del sistema que nunca se perdieron, sino que solamente se atenuaron durante la alternancia: la corrupción, como colágeno que explica la unidad del sistema; y el corporativismo con dos facetas principales: la que se refiere a los grupos de presión diseñados para mantener el poder ---como los sindicatos de maestros, petroleros, electricistas, burócratas…---, y el maridaje, cuando no la complicidad con las bandas de la llamada delincuencia organizada y, dentro de ella, las mafias del narcotráfico.
La principal fuente de violencia en las elecciones: el magisterio
El INE dijo que no se podía hacer cargo de la seguridad, por lo cual exigía a los gobiernos, tanto el Federal como los locales, que asumieran su responsabilidad y garantizaran las condiciones que permitieran acudir a las urnas, porque el Instituto no podía poner en riesgo la integridad de los funcionarios electorales. Añadió algo digno de ser registrado: que los problemas relacionados con el crimen organizado no habían determinado “focos rojos” pero, en contrapartida, los mayores riesgos estaban en Oaxaca, Guerrero, Chiapas y Michoacán, a causa del boicot electoral decretado por los maestros de la CNTE.
¿Qué debemos hacer?
Afortunadamente, los resultados de las elecciones intermedias confirman la ventaja, indiscutible, de que la ciudadanía siga considerando la participación ciudadana en los comicios, mediante el sufragio individual, como una condición indispensable, aun cuando no suficiente, para seguir perfeccionando el sistema democrático en el contexto de nuestra accidentada transición.
El camino para alcanzar el nuevo sistema político que anhelamos para México, más auténtico, equitativo, transparente y confiable, es la participación ciudadana organizada, eficaz, consistente y duradera. Si lo recorremos, el Sistema Político Mexicano, con su innegable pragmatismo irá permitiendo las reformas para el desarrollo económico, social y político del país. Esto es cierto para los partidos, los congresos, los gobiernos y el Poder Judicial.
Debemos apreciar con justeza que, aun cuando insuficientes e imperfectos, los avances logrados hasta ahora no han sido una dádiva graciosa del sistema político, sino la consecuencia de la exigencia y la participación de la ciudadanía. Debemos perseverar en esta ruta.