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Educación y calor

escuela-calorPedro de Legarreta

Como cada año, finalmente la SEPyC anunció el recorte del ciclo escolar por el excesivo calor. Superando los 35 °C a la sombra y con instalaciones que no cuentan con aire acondicionado, ventilador o si quiera electricidad, la decisión era ineludible.

Lo curioso es que en Sinaloa, el clima seguirá siendo el mismo, y el calendario escolar requiere de una verdadera adecuación, algo que sea más permanente considerando nuestra realidad.

Si bien el calendario de 200 días busca incrementar la calidad educativa, e incluso instituciones como Mexicanos Primero piden que esta regla sea cumplida a rajatabla, la verdad es que cada entidad federativa debería adecuar sus métodos pedagógicos a su realidad. No solo por el clima, sino también por idiosincrasia y cultura.

Vale la pena preguntarse por qué nuestras autoridades educativas no buscan llegar a soluciones más permanentes, cada año al inicio del ciclo escolar y al final del mismo las protestas de maestros, padres de familia y los mismos alumnos se hacen patentes por las elevadas temperaturas, pero lo que es más grave, se pone en riesgo a los niños de contraer enfermedades gastrointestinales o presentar cuadros de deshidratación debido al elevado calor.

Si sabemos que esto ocurrirá, pero tenemos un programa que cumplir, ¿por qué no implementamos soluciones anticipando lo que ya sabemos que ocurrirá?

Si se aumenta 30 minutos el horario de clase, es posible cubrir el tiempo de 200 días en 178, lo que ayudaría a empezar el calendario escolar a principios de septiembre y concluirlo a más tardar a mediados de junio. ¿No es preferible proponer una manera alternativa de cumplir con los programas a después estar buscando excusas para decir por qué no se logran?

La realidad de nuestro estado dista mucho de las condiciones del centro del país, mucho más del clima tan particular de la Ciudad de México que sin duda permite un ciclo de 200 días sin problemas, pero tomar decisiones desde una oficina en el Distrito Federal es mucho más sencillo que implementar políticas públicas que funcionen de manera efectiva para todo el país. Ante ello, la verdadera federalización de la educación es una decisión inaplazable para hacer real la reforma educativa y lograr su calidad de manera efectiva.

Luchar por la federalización es responsabilidad de los gobiernos estatales y sus ciudadanos, ¿qué esperamos para exigirla?