Cuando el 4 de julio de 2010 se anunciaba la ventaja de Mario López Valdez, este declaraba: "La Ley no está en negociación y yo seré un gobernante que tendré como parámetro para regirme la Ley, no es que yo quiera aplicar el Gobierno a mi modo, no es que yo tenga la oportunidad de negociar con éste y con el otro, yo tendré la Ley como cancha, en la cual me tengo que mover y nomás decirles que en la Ley no entran negociaciones de ninguna naturaleza". Hace una semana, poco antes de cumplir tres años de esa fecha, las condiciones parecen haber cambiado; Malova quiere que las cosas se hagan a su modo, no como la ley lo indica, por eso el decidió no cumplir con la asignación de recursos a las IAP’s, a las que el Congreso entregó alrededor de 55 millones de pesos para el cumplimiento de su objeto social. La algarabía que reinaba en la sociedad, en aquella no lejana fecha, se ha ido perdiendo y transformando en grave decepción; lo peor es que tienen que cargar con esa decepción quienes no gobiernan, es decir, los partidos de la coalición que lo apoyaron. Ahora va a salir el PRI a decir que ellos si cumplen con la ley y que los regresen al poder para hacer bien las cosas. Y no faltará quien esté de acuerdo con ellos, poniendo en grave riesgo a la transición en Sinaloa.