Víctor Hernández Guerrero
Lo que sucede actualmente en el interior del Partido Revolucionario Institucional, de cara a las elecciones gubernamentales de 2016, no es otra cosa que un proceso de transición de SISTEMA integrado por una serie de elementos que ya no corresponden a la época que se vive y que se resiste a despojarse de lo que antes funcionó y mantuvo al SISTEMA vigente durante todo el Siglo XX, pero que hoy, con la nueva realidad social, es anacrónico. De ahí las burbujas o convulsiones que estamos presenciando.
De acuerdo con Russell Ackoff, uno de los pensadores más brillantes en la teoría de sistemas, SISTEMA “es un concepto acerca de la naturaleza de la realidad y de cómo investigarla”. Y complementa: “Un sistema es un conjunto de dos o más elementos que satisface las tres condiciones siguientes: 1.- El comportamiento de cada elemento tiene un efecto en el comportamiento del todo. 2.- El comportamiento de los elementos y sus efectos sobre el todo son interdependientes. 3.- De cualquier manera que se formen subgrupos de los elementos, cada uno tiene un efecto sobre el comportamiento del todo y ninguno tiene un efecto independiente sobre él”.
En el proceso interno de diciembre de 2003, el triunfo de Ismael Hernández Deras, sobre el empresario Carlos Herrera Araluce, confirmó que el PRI estaba preparado para la nueva época: enfrentar, con transparencia, procesos internos para sacar al mejor político que abanderara la candidatura al gobierno de Durango. En medio de creciente tensión, Hernández Deras presionó tanto al SISTEMA, en ese entonces administrado por Ángel Sergio Guerrero Mier y Roberto Madrazo, que logró hacer realidad la elección del candidato a gobernador, a través de la participación representativa de los delegados. Con este proceso interno, en el que salió triunfador el joven político, quedaba enterrado el viejo SISTEMA que había sido exitoso durante todo el siglo pasado pero que ya no correspondía al pensamiento de las nuevas generaciones priistas que comenzaban a ocupar los espacios en el interior del Partido.
En el gobierno Ismaelita, el incipiente nuevo SISTEMA, que él mismo había forzado a nacer, quedó en “andaderas”, pues en lugar de consolidar uno de los elementos torales del nuevo SISTEMA priista que se había estrenado en 2003, lo abandonó y combinó elementos viejos y uno que otro nuevo, que estaban de moda, como las encuestas. Pero las variables del “tapado” y de las negociaciones en “corto” fueron relanzadas.
Ese SISTEMA HÍBRIDO, que no, necesariamente conservó lo mejor del viejo sistema y adaptó lo mejor de las democracias modernas de la nueva época, es el que está crujiendo en estos momentos. El PRI, lo hemos dicho en repetidas ocasiones, no es un partido, es toda una industria de hacer votos, es un SISTEMA complejo, aún distante de lo que sucede en la época de la sociedad del conocimiento y de la era de la información.
Se trata de un enorme SISTEMA integrado por decenas de subsistemas o componentes (grupos de poder) que lo que hagan o dejen de hacer, afectan al todo. Dos de esos subsistemas podemos identificarlos como Leticia Herrera Ale y Esteban Villegas Villarreal.
Los subsistemas crean proceso para cumplir objetivos.
La senadora Herrera Ale, ha logrado desarrollar un atractivo y eficaz subsistema dentro del Partido Revolucionario Institucional, cuyas variables integran el proceso puesto en marcha para alcanzar el objetivo que es la nominación a la candidatura al gobierno de Durango. El proceso está integrado por las siguientes variables:
– La creación de fuentes de trabajo, a través de varias empresas.
– La asistencia y gestoría social a través de la Fundación Chilchota
– La compra de materia prima para sus empresas en algunas regiones importantes del estado de Durango (leche y ganado).
– La implementación de plan estratégico de comunicación.
Por su parte, Esteban Villegas, primero, desde la Secretaría de Salud y ahora como alcalde de la ciudad capital ha logrado integrar otro interesante subsistema:
– El trabajo eficiente desde la presidencia municipal
– La vertebración de programas hacia varios municipios a través de la Federación Nacional de Municipios de México, desde donde está penetrando en los territorios
– La operación que ya comienzan a llevar a cabo otros alcaldes en el interior del estado.
Claro, no son los únicos subsistemas que existen dentro de este instituto político. Si analizamos con detenimiento, hay cuando menos 15 grupos más, incluyendo los sectores y movimientos que hoy, con la movilidad que han exhibido la senadora y el alcalde, han visto alterado el SISTEMA priista que reclama nuevas y modernas reglas del juego para evitar su colapso, como el ocasionado en 2010.
Cierto, el operador de esta enorme industria, el jefe político de la entidad, ante la serie de alteraciones que ha estado sufriendo el SISTEMA, por parte de otros subsistemas dependientes del mando central, decidió el pasado domingo tomar pleno control de la situación.
Ahora, todos los componentes del SISTEMA priista, están a la espera sobre el rumbo que tomará en el cortísimo plazo, esta enorme nave y si su aterrizaje, en alguno de los meses por venir, será suave y terso o traumático y peligroso, que obligue a algunos a ir pensando como saltar para ponerse a salvo.