"Promoviendo la Participación Ciudadana"

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Deuda pública

Pedro de Legarreta Lores

deuda-publicaLos gobiernos enfrentan permanentemente la tentación de hacer obras de lucimiento que les permitan presumir los avances de su administración, ya sea a nivel municipal, estatal o nacional; en países desarrollados o en vías de desarrollo, y no importa de cuánto dinero dispongan, nunca es suficiente para atender todas las necesidades que enfrentan, por ello normalmente terminan adquiriendo deuda, que con el tiempo, se convierte en una verdadera carga para la economía.

Ahora el gobierno de México acaba de presentar una propuesta de ley para la disciplina financiera, y en palabras de la encargada de evaluaciones de estados y municipios de Standar & Poor’s, el desafío de esta ley es su implementación. Y es que México tiene multitud de leyes… que no se cumplen.

El efecto de la obra pública que buscan los ediles y gobernadores está relacionado con las elecciones, buscan llamar la atención, hacerse notar, y por qué no decirlo, tener un “guardadito” para el próximo proceso. El guardadito viene de la corrupción, el efecto electoral, de la implementación de la obra.

Entonces se hacen obras con fines electorales, que no son necesariamente las más necesarias, pero si las más vistosas; como buscan hacer su guardadito obteniendo dinero de los constructores, los precios de esas obras, que de por sí no eran tan necesarias, se ven incrementados, y como le quitan dinero, además la obra está mal hecha… en resumen: todos perdemos.

Como señalábamos, además de tener obras innecesarias, caras y de mala calidad, estas son hechas en ocasiones, con deuda, entonces además de todo lo anterior, nos encontramos con que tenemos que pagar algo que no necesitábamos, que está sobre valuado y que tiene mala calidad.

Bueno, pero supongamos que la obra se necesita, desterramos la corrupción, obtenemos buenos precios y aún así se tiene que contraer deuda para elaborarla; permítame hacer un símil: en su casa se requiere pintar la fachada, porque la apariencia que da ya no es la que deseamos, hay que reparar la tubería, tapar las goteras, pagar la luz y el agua, tener dinero para la educación de los hijos (el camión, o la gasolina del carro, el almuerzo, las copias, monografías, mapas, uniformes, materiales especiales, paseos, etcétera), la alimentación de los miembros del hogar y demás gastos que se deben enfrentar, ¿adquiriría una deuda para pintar la fachada?

Creo que el mismo criterio debe ser aplicado por los gobiernos, cualquiera que sea su alcance, por supuesto que se puede contratar deuda si lo que se hará incrementará la producción o el ingreso del hogar o del gobierno, pero si es algo simplemente cosmético que no ayudará a mejorar la situación en que vivimos, no vale la pena cargar a las generaciones futuras con pasivos que lo único que logran es prolongar la pobreza y disminuir las oportunidades.