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Candidatos y chapulines

Pedro de Legarreta Lores

chapulines3Es algo muy común en nuestra democracia la solicitud de licencia por parte de un servidor público de elección a un cargo que, por ley, es irrenunciable. Comúnmente los conocemos como chapulines, ¿conoce usted a alguno?, me imagino que si. Con las elecciones que se avecinan para el año próximo surgirán, sin duda, más de estos funcionarios que solicitan licencia antes de concluir el cargo para “sacrificarse” por la nación y competir a otro puesto de elección popular.

Pero dicen que la culpa no es del indio, sino del que lo hace compadre… pregúntese usted, ¿le gustaría que fuera candidato a gobernador Manuel Clouthier o Sergio Torres o Héctor Melesio Cuén o Adolfo Rojo o algún otro funcionario electo del Estado o los Municipios de Sinaloa o de la diputación federal? Si usted respondió que sí, entonces usted pide que sea candidato un chapulín, pero en mi humilode opinión, eso no tiene nada de malo.

Como ciudadanos hay que ser más críticos al momento de emitir el voto, a veces da la impresión de que se vota por el partido de preferencia, sin siquiera analizar a quien está postulando, hay quienes dicen que si por un partido se postulara a Hitler y por el otro a Stalin, seguirían recibiendo el voto duro que tienen en cada elección, y que solo alrededor del 20% de los votos son fruto de la reflexión. Es necesario aumentar ese porcentaje, o de plano dejar de quejarnos de quienes nos gobiernan.

Pero el otro aspecto también importante tiene que ver con las leyes, aunque estas establecen que el puesto es irrenunciable, abren la posibilidad de licenciarse del cargo; en otras democracias lo que hacen es permitir la reelección, y hacerlo desempeñando el cargo, pero vigilando muy estrictamente que los recursos gubernamentales no sean utilizados para las campañas.

Lograr una democracia perfecta es una utopía, todas las democracias del  mundo, por avanzadas que sean, son imperfectas, y el grado de imperfección depende en buena medida de la participación de sus ciudadanos. En México tenemos niveles de participación bajísimos, en las últimas elecciones en Sinaloa tuvimos una abstención superior al 60%, ¿de verdad podemos culpar a nuestras autoridades de ser indolentes cuando nosotros no hacemos el mínimo esfuerzo por acercarnos a las urnas y convencer a nuestros vecinos de que lo hagan el día de la elección?

Creo que mientras más profundicemos en el tema, más evidente será que es necesario que crezcamos como ciudadanos, nos responsabilicemos de nuestras decisiones y hagamos conciencia de nuestro poder como electores. Es hora de que dejemos de preocuparnos por lo que partidos y políticos hacen y deshacen en sus carreras y que seamos conscientes de que en la medida que apoyemos o dejemos de hacerlo el día de las elecciones a un candidato y a un partido político, en esa medida los que toman las decisiones buscarán estar más cerca de nosotros o no, mientras sigamos votando por costumbre o por el color que nos gusta, las cosas no van a cambiar.