En un interesante análisis que lleva el título de este editorial, el diario EL PAÍS de España, señala las grandes dificultades que tendrá que enfrentar Enrique Peña Nieto para llevar adelante su propuesta modernizadora. En menos de 350 palabras comenta la detención de Elba Ester, el impulso reformista de Peña Nieto, las dificultades que encontrará dentro del PRI y frente a los poderes económicos de Slim y Televisa, así como el clima provocado por el crimen organizado. Ciertamente un documento de este tamaño no puede contener gran detalle del pensamiento del escritor, pero deja claro lo positivo que este medio, aliado del PSOE, considera el éxito del octogenario instituto político mexicano. Pero la palabra regeneración, definida por la Real Academia Española como “Dar nuevo ser a algo que degeneró, restablecerlo o mejorarlo” en el marco de lo que hasta ahora se ha visto del regreso del PRI al poder, no puede dejar de preocupar. Se podrá decir que es muy pronto para opinar, pero la sociedad debe estar atenta ahora que todavía es posible prevenir la reinstauración del autoritarismo en México. Desgraciadamente los signos que hasta ahora se han dado marcan más una tendencia restauradora que innovadora. México ha luchado por más de 40 años en la búsqueda de un sistema democrático, justo y equitativo, que permita a todos los mexicanos niveles de vida decorosos, no sólo en lo económico, sino también en lo individual, en lo social y en lo político. Aunque no sea la intención del Presidente de la República, no cabe duda que hay algunos grupos de interés próximos al mandatario que desean volver a la época de Plutarco Elías Calles o a la de Lázaro Cárdenas, donde se limitó a tal grado la libertad individual que se puso en riesgo la viabilidad del país. México desea seguir avanzando, quiere justicia, opor-tunidades para todos y sobre todo, paz. Lo justo es que las autoridades se aboquen a ello y olviden sus intereses.