Pedro de Legarreta Lores
El H. Ayuntamiento de Culiacán ha anunciado que en enero próximo iniciará la remodelación de la avenida Álvaro Obregón, eje principal que corre de norte a sur y viceversa y por donde diariamente circulan decenas de miles de vehículos. El objeto es desarrollar el par vial Obregón-Serdán; es decir, se cambiará el sentido de la avenida para que junto con Aquiles Serdán sean un eje de la ciudad con la Obregón corriendo de norte a sur y la Aquiles Serdán de sur a norte.
Los servidores públicos del municipio sostienen que el proyecto está sustentado en un estudio realizado por la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) y que beneficiaría a más de 60 mil vehículos que se mueven por estas avenidas al mejorar la vialidad.
Pero hay muchas preguntas que vale la pena hacer.
En primer lugar está el costo del proyecto, entre 86 y 95 millones dependiendo de la declaración que uno prefiera de los diferentes funcionarios involucrados, es decir, alrededor de un 38% de los recursos asignados al municipio para obras en 2016. ¿Esta es la mejor manera de invertir los recursos escasos con que se cuenta ante las grandes necesidades de la ciudad?
Los ciudadanos han sido informados de manera muy vaga sobre el proyecto, ¿cuánto tiempo va a durar el proceso de remodelación?, ¿qué vías alternas se van a utilizar?, ¿de qué manera se transparentará el proceso?, ¿qué etapas llevará?, ¿a partir de cuando será plenamente operativo el par vial?, Estas y muchas otras preguntas generan inquietud en la población en general.
Además, ¿cómo se modificarán las rutas de transporte público para brindar su servicio?, ¿qué precauciones deberán tomar los trabajadores para llegar a tiempo a sus labores?, ¿los comercios sufrirán alguna afectación?, ¿de qué manera se apoyará al empleo de los trabajadores afectados?, ¿habrá apoyos para los empresarios afectados?, ¿cuánto costará ese apoyo si es que existe?, ¿de dónde saldrán los recursos?
Finalmente, la obra propuesta tendrá una vida útil de diez años, ¿qué plan se tiene para que en ese plazo no se vuelva nuevamente obsoleta la vialidad?, ¿qué obras se deberán construir en la ciudad?, ¿cuál será el plan de movilidad que se implementará?
Son, en fin, muchas preguntas que surgen en la mente de cualquier ciudadano medianamente interesado y ciertamente habrá mucho más que se interesen cada día, especialmente a partir del inicio de la obra, la cual, por cierto, no se concluirá antes de que el alcalde tenga que tomar la decisión de permanecer en el cargo o participar en el proceso electoral que se avecina. ¿Se comportará Sergio Torres con responsabilidad o simplemente pretende dar un golpe de efecto en aras de conseguir la candidatura para el gobierno del estado?
