Klaus Feldmann Petersen
MADRE NATURALEZA ha tenido el fin de crear conciencia sobre el cuidado y la defensa que debemos de tener y hacer de nuestro Medio Ambiente, considerando el grave peligro de que se llegue a una gran crisis, la que es inminente, que ponga en peligro de extinción a muchas especies del reino animal como del reino vegetal, incluyendo a la especie humana; así como hacer hincapié en la íntima relación que guardan nuestros valores con esto, ya que la cultura de la muerte, con la consecuente corrupción, promovida por las mafias de izquierda y las mafias económicas sin escrúpulos (petroleros, industria y comercio de armas, industria farmacéutica y otras) y ahora todavía por el Islam integrista (Estado Islámico, Al Qaeda, etc.), al empeñarse en descristianizar al mundo, no les importa en seguir con el grave deterioro ambiental que está causando con su empeño de alcanzar riqueza y poder sin medida (ambición), impulsados por una soberbia desmedida que les impide ver la realidad.
Es por lo que, si queremos salvar al mundo, tenemos forzosamente que recuperar nuestros valores, reinstaurar la cultura de la vida y del amor, viviendo según el mandato divino de "Amarás a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo". Sólo en esa forma habrá justicia social, orden, seguridad, progreso. Se terminará con los fantasmas del hambre y la pobreza; y por supuesto, sobre todo, se logrará hacer reversible el grave deterioro ambiental.
Es importante que logremos con la ayuda de Dios, que los promotores de la cultura de la muerte en esta Navidad entonen esa canción que dice: "que sea esta Navidad el adiós (a la ambición y a la corrupción), no quiero llegar al Año Nuevo con este mal amor (al poder y al dinero) que está haciendo tanto mal (a todos, incluyéndolos a ellos).
Encaminémonos a esta Navidad con el espíritu propio del acontecimiento que vamos a celebrar: El Nacimiento de Nuestro Señor que vino a enseñarnos el camino a la felicidad, tanto en este mundo como en la eternidad. Hagamos a un lado la comercialización de esta época navideña y cultivemos el amor en nuestros corazones a Dios, al prójimo y a la naturaleza. Demos a Dios nuevamente el lugar que le corresponde en nuestra vida pública y privada.
Haciendo esto, el sol brillará más esplendoroso, el cielo será más azul, las estrellas y la luna en las noches serán más nítidas y brillantes, el canto de los pajarillos sonará más alegre y hermoso, el verde de los bosques será más intenso, nosotros nos sentiremos más amables con los demás, en nuestros labios una sonrisa alegre animará a nuestros hermanos. En una palabra, el mundo será mejor para todos, estaremos en camino de haber logrado el triunfo en la lucha por el Medio Ambiente.
Puede parecer desesperante, y sí lo es, el que no se logre nada o por lo menos muy poco a nivel mundial sobre la lucha por el Medio Ambiente. En el COP21, la Cumbre Mundial contra los Cambios Climáticos, que ha venido a suplantar a las Cumbres por el Medio Ambiente, no trataron nada más que lo relativo al calentamiento global, y aquí solamente la reducción de la emisión de gases contaminantes. ¡Un logro muy pobre!
La meta acordada fue que el aumento de la temperatura sea entre 1.5 y 2 grados centígrados. Ni siquiera consideraron en reducir la temperatura actual. De los 195 países participantes, 185 estuvieron de acuerdo en reducir sus emisiones de gas. Este Acuerdo sería ratificado el 22 de abril de 2016, el Día Internacional de la Tierra.
No se trató en absoluto ningún otro aspecto del deterioro gravísimo del Medio Ambiente, la contaminación del agua, del suelo, la basura, la pérdida de bosques, la extinción de especies. Ni siquiera se consideró el papel tan importante que tienen los bosques en la concentración de gases en la atmósfera, ya que pueden absorber una cantidad enorme de CO2 que se convierte en madera y soltar a cambio una cantidad equivalente de oxígeno, siendo clave en el control de la temperatura. Menos iban a poner atención en su función irremplazable para la disponibilidad de agua para el servicio doméstico, la industria, la agricultura y la ganadería, y por lo mismo, para la vida misma de la población mundial.
En esta Navidad ofrezcamos al Niñito Jesús nuestros corazones decididos a luchar por el bien común basado en la cultura de la vida y del amor, y pidámosle la gracia de mantenernos en la lucha y su apoyo por lograr la victoria, a pesar de los intereses de las mafias mencionadas. Que nuestros propósitos para el Año Nuevo sean intensificar nuestros esfuerzos por lograr la victoria.
¡Una Navidad llena de bendiciones de Dios y un año mejor, deseamos a todos!