El mensaje del decano de los Cardenales, Monseñor Angelo Sodano, durante la misa de inicio del cónclave, debe ser, como lo fue la llamada de atención del entonces Cardenal Ratzinger hace casi 8 años, una guía de los problemas que enfrenta la Iglesia hoy en día. En aquella ocasión, quien sería nombrado Papa unos días después, advirtió sobre la dictadura del relativismo, es decir, la imposición de los no creyentes sobre una verdad mudable y caprichosa, cuando para los cristianos la Verdad es Una y Eterna. Ahora, el ex secretario de estado de Juan Pablo II, llama a los Cardenales a comportarse de manera digna de la vocación que han recibido, con toda humildad, mansedumbre y paciencia, soportándose recíprocamente con amor, tratando de conservar la unidad del espíritu a través del vínculo de la paz. El Mensaje de Cristo: “sed uno como mi Padre y Yo somos uno” (Jn 17, 21) es una vocación cristiana ineludible, que se tiene que buscar de manera permanente. Los Cardenales, en estos momentos de prueba y tentación de poder, requieren de todas las gracias que los ayuden a mantenerse fieles, los laicos fieles a Cristo debemos apoyarlos a través de la oración para que lleven a cabo su labor en perfecta unión con el Espíritu Santo, y lo dejen actuar a través de ellos. Ese debe ser el sentido de velar y esperar mientras se desarrolla el Cónclave a puertas cerradas en la Capilla Sixtina.