El próximo mes de julio se celebrarán elecciones en el Estado de Sinaloa (y otros estados de la república) para renovar alcaldes y el Congreso del Estado. En el año 2010, bajo la figura de la alianza, logró el triunfo Mario López Valdez para la gubernatura. Una alianza reforzada, hay que decirlo, por la división interna del priismo, que no se limitó a hacer huelga de brazos caídos, sino que participó activamente para que triunfara el candidato aparentemente de los opositores. En esta ocasión se pretende repetir la fórmula, sin embargo al interior del gobierno ¿de alianza? prevalece la idea de apoyar al priismo, así lo ha manifestado abiertamente el MVZ Jesús Antonio Marcial Liparoli, Subsecretario de Gobierno y operador político de la administración de López Valdez. Ante esta situación, presentar nuevamente la alianza, no dará los mismos resultados, en el mejor de los casos obtendrá algunas alcaldías secundarias, lo que dará como resultado que se genere la idea del “fracaso” de la alternancia. Esto de alguna manera ya se está viendo ante la decepción que ha sido el gobierno de Malova, donde las cosas negativas son cargadas a la alianza, mientras que los apoyos electoreros son canalizados por los priistas Millán, Villarreal, Vargas, Labastida y otros. Finalmente, se diluye la acción de los partidos, al ¿sumar? fuerzas el PAN y la izquierda (esta última nunca ha conseguido más de 8 puntos por sí misma) en realidad se limitan las opciones al ciudadano. ¿De verdad detienen al PRI?