Pedro de Legarreta Lores
Cuando se entra al debate sobre el combate a las drogas, muchas veces se olvida, por obvio quizá, el grave problema que éstas causan a quienes caen en sus garras. Ningún debate sobre drogas podrá estar completo sin la debida atención a la prevención y ayuda para superar las adicciones, especialmente entre los más jóvenes.
Con razón,, los que se oponen a la legalización de las drogas se centran precisamente en esto: la capacidad que tienen esas sustancias para generar adicción a sus usuarios, y el consumo de drogas siempre es dañino para la salud desde el tabaco, el alcohol y la marihuana hasta el éxtasis, las metanfetaminas y las drogas de diseño. Nadie en su sano juicio puede negar ese daño, y si lo hace es por justificación, complacencia o maldad.
Si hay algo que sabemos es que las drogas destruyen, pero... ¿si las drogas destruyen qué estamos haciendo para evitar su consumo?
No me refiero al combate al narcotráfico, porque ese siempre encontrará el modo de llegar a quien demanda el producto, no, ¿qué estamos haciendo para desestimular el consumo?
Creo que el problema radica en verlo como un problema de salud pública, porque entonces el ciudadano dice: si es un problema de salud pública, que lo resuelva la Secretaría de Salud, el IMSS, el ISSSTE, o algún otro actor de ese nivel.
Pero no, ellos no van a resolver nada, el problema no es de salud pública, el problema es de personas y familias concretas. El problema es de mi hijo, mi sobrino o yo mismo que estoy atrapado en la satisfacción de mis sentidos y tiene que ver con la voluntad que se me ha inutilizado para decir no a esa adicción.
A lo mejor pueden venir de un Centro de Salud o de Integración, puedo ser invitado a AL-ANON o puedo ser detenido y encarcelado, pero a la primera oportunidad buscaré nuevamente mi satisfactor.
El problema es de reeducación y acompañamiento, y solo en instituciones muy especializadas o, mejor aún, en el hogar, se puede llegar a superar el problema, y eso con dedicación, sacrificio, esfuerzo y paciencia de todas las personas involucradas, no solo el adicto.
Los ciudadanos tenemos que aprender que somos responsables en primera instancia de nuestros problemas; si hay un problema de educación es porque en casa no educamos, no leemos, no nos preparamos; si hay problemas económicos es porque gastamos más de lo que tenemos y desperdiciamos recursos; si tenemos problemas de violencia es porque en casa la permitimos, la toleramos o la utilizamos para alcanzar nuestros propios intereses... si, el gobierno no hace nada por resolver nuestros problemas, pero si ya lo sabemos ¿por qué todavía esperamos que sean ellos los que nos ayuden?
Las drogas destruyen, evita que en tu casa llegue ese cáncer, educa, vigila, acompaña, platica, confía y vuelve a vigilar. No dejes que tus hijos sean víctimas, porque sin duda, serás parte del problema.
