Óscar Fidencio Ibáñez
"Mi esposo lo único que demandó es el regreso de los maestros, que no abandonaran a los niños, como en otras ocasiones, que la escuela estuviera abierta, para que mi hijo pudiera cursar el sexto año. Por eso lo mataron", comentó entre sollozos Celia Balbuena.
Es el desgarrador relato de la recién viuda que ahora tendrá que sacar adelante a su hijo en un ambiente donde su difunto marido entregó su vida por la educación de su pequeño. Otras 8 personas perdieron la vida en un confuso enfrentamiento entre manifestantes, extraños encapuchados y la policía en Nochixtlan, Oaxaca que aún se investiga y que además de los muertos ha dejado más dudas que respuestas.
En Oaxaca y Chiapas, los padres de familia se han organizado para abrir escuelas o solicitar cambio de maestros para que sus hijos no se vean afectados y puedan iniciar clase cuanto antes, y estas acciones a pesar de las amenazas contra los padres de familia por parte de quienes han bloqueado carreteras y cerrado escuelas. Sin duda la educación es una prioridad para los padres, y para muchos representa la única posibilidad de que sus hijos tengan una vida con más oportunidades.
¿En qué momento el camino para salir de la pobreza se convirtió en la manzana de la discordia que lleva a la muerte? Hay algo que está mal, muy mal en el gobierno cuando no le es posible cumplir con el derecho humano a la educación, ni con la obligación constitucional de proveer de educación laica y gratuita a la población, y menos a quienes por años han sido los más marginados en este país.
Otra de las consecuencias del conflicto y la incapacidad del gobierno para ofrecer educación gratuita se documentó en Oaxaca, Chiapas y Michoacán, donde se disparó la demanda de educación privada, a pesar de que estos estados tienen altos niveles de marginación.
La actitud de los padres de familia en cada caso ha significado una lucha por la educación de sus hijos, independientemente de la calidad de la misma, por lo que quienes no tienen para pagar, buscan abrir las escuelas o conseguir maestros que si quieran dar clases, mientras que quienes tienen recursos optan por la educación privada.
Frente al fracaso del estado en este rubro crítico para la población, y que se suma a otras iniciativas erráticas del gobierno, como los atentados a la naturaleza de la familia y el matrimonio, así como la intención de imponer la "ideología de género", y la incapacidad de controlar la violencia e impunidad que aun dominan grandes partes del territorio nacional, hacen necesario buscar opciones en instituciones alternas al Estado que puedan brindar los servicios elementales.
Esto representa una oportunidad para que los laicos católicos asuman su rol "en la animación cristiana del orden temporal." (Christifideles Laici 36) Ante el fracaso en algunos casos y abandono en otro de las funciones propias de construcción de bien común por parte del gobierno, es necesario que los fieles laicos asuman la responsabilidad de fortalecer la familia, crear espacios de formación y educación, ejercer a plenitud su responsabilidad y derecho de educar a sus hijos, mientras mantienen la exigencia a las autoridades de que cumplan con su obligación.
La educación es fundamental para el fortalecimiento y desarrollo de las personas y de la sociedad, por lo que en lugar de muerte y conflicto, se debe construir de forma sistemática y creativa soluciones que lleven a animar el orden social hacia el bien común, esta realidad exige a gritos que los cristianos se involucren aportando propuestas y soluciones de paz y desarrollo.