Óscar Fidencio Ibáñez
La tradición cristiana de hacer oración por las autoridades tiene múltiples antecedentes bíblicos, pero se manifiesta explícitamente en la Primera Carta de San Pablo a Timoteo: "Ante todo, te recomiendo que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres, por los soberanos y por todas las autoridades, para que podamos disfrutar de paz y de tranquilidad, y llevar una vida piadosa y digna".
Por cierto, esta petición de oración la hacía Pablo cuando los gobernantes eran perseguidores de cristianos.
El presidente de México ha tomado decisiones que han molestado profundamente a la mayoría de la población, y sus decisiones en los últimos meses además han sido controversiales y han generado un malestar que en nada abona al buen ánimo, a la paz y a la tranquilidad que todos necesitamos.
Desde la displicencia con que trató el tema de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, la falta de certidumbre en las investigaciones, y la falta de castigo a los culpables, pasando por los señalamientos de corrupción y conflicto de interés de sus familiares y colaboradores con motivo de adquisiciones de casas o mal uso de recursos públicos, hasta escándalos de frivolidad como el de su encargado del deporte durante los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, hacen que su gobierno sea el de menor nivel de aceptación en la historia de los presidentes mexicanos desde que se mide esa variable.
La iniciativa presidencial que promueve equiparar el matrimonio entre hombre y mujer para la procreación y la ayuda mutua, con los derechos de parejas del mismo sexo, desató una serie de acciones que incidieron en el voto en las elecciones recientes; además, motivaron la organización de ciudadanos para oponerse a dicha iniciativa en distintos organismos, el más visible por su alcance y movilización, el Frente Nacional por la Familia, que además promueve la iniciativa ciudadana que se planteó al Congreso en febrero de este año para fortalecer al matrimonio y a la familia.
El presidente, además de la citada iniciativa, anunció una serie de medidas que empujan la ideología de género en políticas públicas, particularmente en los contenidos de educación sexual que se imparten a niños y adolescentes, y también otras modificaciones reglamentarias que promueven el aborto en los servicios de salud con el uso de medicamentos abortivos.
Las históricas y multitudinarias marchas por la familia, que sumaron más de 1 millón 200 mil personas en todo el país dan una idea del rechazo de la población a este tipo de políticas.
Estas decisiones llaman a los creyentes a la necesidad de oración urgente por el presidente y demás autoridades, y además llaman a todos los ciudadanos a la movilización política de la sociedad para defender los derechos humanos y la dignidad de todos, especialmente de niños y adolescentes.
Sin embargo, otros asuntos, como: pedir perdón al pueblo por lo que se hizo en la adquisición de la "casa blanca"; despedir al funcionario encargado de combatir la corrupción sin nombrar a otro; y no fortalecer el sistema anticorrupción, también hacen necesaria la oración para que se procure justicia, que es un prerrequisito para la paz y el bien común.
La temeraria e incorrecta invitación al candidato estadounidense que tanto ha insultado a mexicanos y latinoamericanos dentro y fuera de su país, constituye también un motivo de oración y al mismo tiempo motivo de protesta para que se corrija, ya que esto genera una irritación que afecta la tranquilidad de los ciudadanos.
Existen muchas otras razones para hacer oración por nuestras autoridades y de manera especial por el presidente. Ésta es la actividad principal de los cristianos, orar para pedir buen juicio, fortaleza, honestidad y prudencia. Y al mismo tiempo son razones para que los ciudadanos se movilicen, propongan y opinen sobre la mejor manera de gobernar en un sistema democrático, plural y laico, que debe escuchar todas las voces y tratar de acordar y encontrar los mejores caminos para el bien común de la sociedad.