"Promoviendo la Participación Ciudadana"

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La paz se construye con cooperación y solidaridad ciudadana

construir paz2Oscar Fidencio Ibáñez

Mi ciudad vivió hace algunos años una situación de violencia, secuestros, extorsión y muerte detonada por la guerra entre carteles de droga que además promovieron otros delitos, dejando una estela de sangre y asesinatos que aún hoy se conoce en todo el mundo. En el último año, nuevamente se presentan muertes violentas que inmediatamente hacen recordar esos años horribles. En una charla con estudiantes, ellos me expresaron algunos signos de miedo, paranoia y aislamiento, frente a la incertidumbre de un nuevo escalamiento de la violencia y el crimen.

En su momento, la sociedad vivió pasmada por el terror que paraliza frente a los escandalosos enfrentamientos que sembraban cadáveres, propiciaban posteriores enfrentamientos y venganzas, y establecían un ambiente de guerra; la desconfianza en las autoridades abundó para que la sociedad se sintiera inerme y prefiriera no hacer nada, hasta que poco a poco se fue organizando y reclamó a la autoridad distintas estrategias para frenar la ola criminal. Hay que aprender de esa experiencia.

La violencia en distintas partes de México ha sido patente en los últimos años, y la sociedad ha encontrado muchas formas de participar para recobrar la paz, en muchos casos presionando y acompañando a las autoridades; en otros, incluso organizándose con armas para enfrentar a los delincuentes. El hecho es que en todos los casos, la autoridad ha sido rebasada y se ha necesitado de una decisión y participación de algunos ciudadanos para revertir el estado de cosas.

La Iglesia en los últimos años a través de los Papas, ha reiterado las graves tragedias que se derivan de la guerra, el terrorismo y la violencia, y constantemente nos anima a realizar acciones encaminadas a construir la paz, empezando por la oración, el perdón y la reconciliación, sin olvidar que si no se atienden las causas de múltiples injusticias no será posible lograr una paz verdadera.

Después de las experiencias de violencia e impunidad en distintos lugares del país, es necesario que los ciudadanos asuman la difícil y compleja tarea de construir la paz, para vencer la parálisis del miedo y al mismo tiempo impedir que reine la ley del más fuerte. Distintos esquemas de participación no violenta existen y otros se pueden crear, ante el desigual despliegue de fuerza de criminales armados.

En algunas universidades se realizan encuentros y talleres para promover una cultura de paz, algunas organizaciones no gubernamentales promueven actitudes pacíficas y trabajan activamente en la creación de espacios de paz para jóvenes, otras trabajan con padres de familia y maestros para generar condiciones de paz en alumnos de educación básica y en las familias; también en parroquias se hacen esfuerzos para promover el perdón, la reconciliación, el duelo y el acompañamiento a víctimas.

Otros ciudadanos se organizan para exigir a las autoridades que den resultados, se coordinen y combatan la corrupción dentro de sus filas, para que no sean infiltrados y evitar que terminen en connivencia con los delincuentes. Algunos más crean estrategias de transparencia y rendición de cuentas, observatorios de derechos humanos y apoyo a las víctimas para presionar y acompañar la labor de las autoridades.

Lo importante es no dejarse vencer por el miedo, romper el aislamiento individualista que lleva a la falta de cooperación y solidaridad con los demás, para entre todos evitar la delincuencia y la violencia en todas sus manifestaciones, desde la violencia familiar, escolar, laboral y política que a veces es germen y crea sinergia con la violencia de los criminales. ¡Construyamos juntos la paz!