Manuel Silva
En opinión del filósofo Agustín de Hipona: "La paz de todas las cosas, la tranquilidad del orden; y el orden no es otra cosa que una disposición de cosas iguales y desiguales, que da a cada una su propio lugar".
El orden, las leyes divinas, y humanas tienen por único objeto el bien de la paz.
La paz "... es una forma de interpretar las relaciones sociales y una forma de resolver los conflictos que la misma diversidad hace inevitables. Por tanto, la paz sería evidentemente una ausencia de guerra; pero, ante todo y como estructura preventiva, la paz sería un estado activo de toda comunidad en la búsqueda de una sociedad más justa.
En esta sociedad los mecanismos para resolver los conflictos deberían ser los propios de las capacidades que la inteligencia humana nos permite, como: la comunicación, el diálogo y la cooperación. Estas capacidades consideradas como básicas de una cultura de la paz, deberían ser aplicadas en todos los ámbitos y escalas de la sociedad: en la familia, en la empresa, en la política y también a nivel local y a nivel internacional".
La educación también tiene esta función transformadora y necesita de utopías para ir hacia ellas. Una de estas es la paz, y desde una visión sistémica la construcción de la cultura de la paz podría ser la utopía referente, para lo que deberíamos hablar también de justicia, libertad, democracia, tolerancia y desarrollo.
La virtud es el justo medio entre los extremos, una persona virtuosa, es una persona fuerte, tiende a alcanzar el equilibrio de su naturaleza que le permite mantenerse en paz, amando a Dios y amando a su prójimo; en cambio, el vicio le desordena porque se busca a sí mismo; decía el filósofo Platón que malos son aquellos que no pueden dominar sus pasiones.
Como el hombre posee alma racional, todo lo que tiene de común con los animales busca sujetarlo a la paz de su alma racional.
La educación es el ámbito idóneo para la vivencia, difusión y formación en la paz; es en la comunidad educativa donde podemos promoverla ampliamente.