Pedro de Legarreta Lores

Toma de posesión de Donald Trump

No hay fecha que no se llegue, finalmente el día de hoy jura el cargo de Presidente de la Unión Americana el polémico y desagradable multimillonario Donald Trump en la ceremonia más corta y menos concurrida en mucho tiempo.

La izquierda norteamericana está al borde del colapso con la llegada del más derechista político desde que en 1988 abandonara el cargo Ronald Reagan. Las acusaciones de promover la división y el odio, por parte de quienes promueven la división y el odio en ese país no se han hecho esperar, y los latinoamericanos, felices, vemos como le pegan al presidente norteamericano que más nos desagrada en 300 años.

Lo cierto es que la incompetencia de nuestros gobernantes está quedando en evidencia con la llegada de un político al que le interesan más los temas internos de su nación que lo que ocurra más allá de sus fronteras; para nosotros, especialmente México, sin duda vienen cuatro años de muchas dificultades, pero habrá que esperar para ver que ocurre al interior de esa nación. Quizá para los que allá viven, la presidencia de este señor no sea tan nefasta... y quizá nosotros también deberíamos preguntarnos si no necesitamos gobernantes que se preocupen por el bien de nuestros pueblos más que en la firma de acuerdos internacionales.

Venezuela no encuentra el camino

Para Nicolás Maduro, Trump no lo hará peor que Obama, y es que el presidente caribeño se dice amenazado de muerte por el saliente presidente norteamericano desde la muerte misma de su predecesor (la cual por cierto le achacan al propio Obama, no al cáncer). Lo cierto es que no se ve salida para la constante crisis política que vive aquel país, menos ahora que ha muerto el protector y promotor del socialismo bolivariano y cualquier otro socialismo americano, por supuesto el Comandante Fidel.

La Asamblea Nacional, que llegó con el voto de Obama, no de los venezolanos, según los dichos de Maduro, se ha dedicado a desestabilizar los grandes logros del gobierno chavista (que no tiene dinero desde que se desplomaron los precios internacionales del petróleo). Los enemigos de la paz en Venezuela se han dedicado a promover, desde la Asamblea Nacional, toda clase de maldades en contra del buen gobierno de Maduro, quien no ha tenido más remedio que meter a la cárcel a todo aquel que se niegue a coincidir con su pensamiento.

Lo más triste es la incapacidad de la oposición de reconocer que las colas que se forman en las tiendas, no son por falta de productos, sino porque ellos mismos mandan a sus simpatizantes a generar esa percepción de que hay falta de productos, lo que lleva a los ignorantes venezolanos que ganan salario mínimo a querer cambiar sus bolivares por pesos colombianos, en una falsa sensacíon de seguridad... por lo que Maduro ha decretado que no se les vendan pesos colombianos a los que ganen poco, no sea que los engañen.

En fin, la revolución bolivariana marcha viento en popa y todo es color de rosa, no se dejen engañar por las aves de mal agüero que pretenden distraerlos.

México y el gasolinazo

Por cierto, hablando de países productores de petróleo: México ya no puede fabricar su propia gasolina, sale muy caro. Mejor hay que importarla de los tontos que no saben hacer negocios... lo malo es que eso implica subir el precio del combustible, pero no se preocupen, no va a afectar la economía de las familias mexicanas.

Si usted va a la tienda y no le alcanza, no tiene nada que ver con el gasolinazo. Si el camión urbano subió un peso el pasaje, es por el aumento en el costo de los neumáticos, no tiene nada que ver con el precio de la gasolina.

Y es que si no se aumenta el precio de la gasolina, capaz que los hospitales se quedan sin medicinas; o las escuelas no podrán renovar bancas o poner aires acondicionados. En un descuido, los policías se quedan sin armas y los narcos nos ganan la guerra contra las drogas, pero con el precio alto de la gasolina, ya verá como todo marcha a pedir de boca, no se pierda la nueva temporada de EPN en el país de las maravillas.

(Disculpen ustedes el tono, pero me niego a ser víctima del mal huor social)