Pedro de Legarreta Lores

Donald Trump no se anda por las ramas, en una semana de gobierno ha empezado a cumplir sus promesas de campaña y vaya que va en serio. No solo es el muro fronterizo que prometió construir, sino de manera especial el financiamiento del aborto que tanto promovió Obama y que Hillary tenía planeado continuar y profundizar.

Aunque se ha tomado como algo ofensivo, en especial por la pretención del presidente norteamericano de que México pague por el muro, la realidad es que en nada afecta la relación bilateral, ¿o es que los mexicanos aspiramos a que nuestros compatriotas se puedan internar a través del desierto en la nación americana, arriesgando su vida, para lograr encontrar las oportunidades que aquí les negamos?, peor si es el gobierno el que se molesta por ese motivo.

Apenas 72 horas después de haber jurado el cargo, Trump ha reactivado una orden instaurada por Reagan que elimina la financiación para la práctica y promoción del aborto a grupos como Planned Parenthood.

Esta medida obliga a que "las organizaciones no gubernamentales que reciben fondos federales deben certificar que no llevarán a cabo, promoverán o harán presión para la legalización del aborto en otras naciones".

Planned Parenthood, como era previsible ha señalado que esta medida "pone milllones de vidas en peligro".

Más molestos están porque este martes dijo que la próxima semana dará a conocer el nombre de su candidato para ocupar el noveno puesto de la Corte Suprema, una decisión crucial para el desenlace de grandes temas como el aborto.

"Vamos a escoger a un juez realmente bueno para la Corte Suprema y lo anunciaré en algún momento de la próxima semana", explicó el mandatario a la prensa desde el Salón Oval.

La instancia judicial más alta del país está abocada al bloqueo desde la muerte del juez conservador Antonin Scalia en febrero del año pasado. Desde entonces funciona con ocho magistrados: cuatro conservadores y cuatro progresistas.

El expresidente demócrata Barack Obama propuso como sustituto a Merrick Garland, pero el Senado, que tiene la tarea de confirmar la nominación y ahora está controlado por el Partido Republicano, se ha negado a aceptarlo.

La Corte Suprema es quien en última instancia interpreta la Constitución y debe tomar decisiones respecto a temas muy sensibles sobre los que la ideología pesa, como el aborto, el matrimonio homosexual y la posesión de armas.

Seguramente, como prometió en campaña (y vaya que está cumpliendo sus promesas) el juez designado será contrario al asesinato de niños no natos.

El tema del presidente Trump es complejo, sin duda despierta las pasiones y molesta de los mexicanos, pero también se debe reconocer que tiene aspectos positivos que es necesario valorar.