José Gerardo Mosqueda Martínez
No debieran ser temas que se combinen porque se corre el riesgo de interpretaciones de alto riesgo.
Esta semana la junta de gobierno del Banco de México decidió incrementar cincuenta puntos base a las tasas de interés, es decir, la tasa de referencia será de 6.75 en previsión que la reserva federal norteamericana también tenga ajustes en corto plazo.
Al mismo tiempo parece que el equipo del presidente de EUA le logren explicar cómo orientar sus embestidas contra México y le ayudan a una nueva ronda de presiones contra los mexicanos que viven en aquel país. Las deportaciones no han parado desde las administraciones del presidente Obama solo que ahora el tema está consiguiendo que los aliados de las acciones del presidente Trump sean los medios mexicanos, mientras que el presidente de EUA ataca a los medios de su país y los descalifica por deshonestos; en México ocupan más espacio de sus contenidos los temas que generan los tuits de Trump.
El peso ha recuperado terreno con relación al dólar, los mercados cambiarios han dejado de reaccionar hipersensibles ante las estridencias del presidente, siguen sin verse las estrategias para unir las acciones de los mexicanos en la reactivación de la planta productiva, las negociaciones para nuevos mercados; pasar de los discursos solidarios con los migrantes a las acciones estratégicas que ofrezcan esperanzas y sea efectiva la atención a los migrantes deportados.
Nadie tiene duda que Trump es una amenaza para la economía mundial, su megalomanía y extravagantes declaraciones en las redes sociales alteran las estrategias diplomáticas hasta de su propio país, pero es el presidente que tienen y no parece que crezca la presión para un cambio radical en los poderes ejecutivos de ese país.
Nadie tiene duda que mover la tasa de referencia es una herramienta de política monetaria para mantener la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda, que reduce la demanda agregada, desincentiva la inversión y también el consumo, incrementa el costo del crédito. El aumento en las tasas de referencia contribuye a mantener el flujo de capital extranjero; la tensión de las relaciones con el país vecino agrega un factor de incertidumbre que sólo desde los poderes ejecutivos se puede aclarar.
¡Pero no llegan las estrategias! No se conocen las políticas públicas con las que se genere el gran esfuerzo que puede venir cuando hay toda la disposición de los mexicanos para unirse en causas que convocan al crecimiento de la economía, de la planta productiva, de la oferta educativa... ya reaccionamos a la propuesta de unidad, de "cerrar filas" en torno a crecer la economía y tener con qué recibir a nuestros connacionales. Ya no es tiempo de visitas al aeropuerto para recibir a los deportados y más discursos y más promesas y más discursos. Las acciones, las estrategias, la coordinación, las inversiones... ¿Cuándo?
El pronóstico de la inflación es que se mantenga por encima del rango de 3% +/- 1 este año pero puede crecer.
No parece sensato esperar a que se tensen más las relaciones con EUA y también crezca la tensión interna por una especie de parálisis en la toma de decisiones.
Ya no sirven de nada los discursos "solidarios del presidente, menos utilidad tienen los discursos demagógicos de los gobernadores y sus inoperantes secretarios cuando se animan a decir que "blindarán" las zonas de origen de los migrantes... qué quieren decir cuando se animan a afirmar semejantes barbaridades, perdón, quise decir: semejantes estupideces.
Solo generando nuevos puestos de trabajo, creciendo la infraestructura, abriendo nuevos mercados, compitiendo con mejores productos, estando presente en otras naciones con nuestros productos, no hay recetas mágicas para hacer crecer la economía y bajar la tensión.