Pedro de Legarreta Lores
Desde México hasta Argentina, pasando por el caribe, Colombia, Venezuela, Perú, Ecuador y por supuesto Brasil, la empresa Odebrecht se ha convertido en sinónimo de tratos sucios con los gobiernos.
La noticia más reciente es que el fiscal general brasileño pidió la investigación de casi un centenar de políticos de aquel país vinculados a los negocios de la empresa constructora que entre el año 2001 y 2016 habría pagado en sobornos más de 720 millones de dólares en América Latina, poco más de la mitad de ellos en el propio Brasil.
Aquí lo interesante es que el país carioca ha logrado encontrar la formula para hacer que los políticos paguen por las curruptelas, la presidenta Dilma Rousseff ya fue destituida y Lula estaría enfrentando cargos, el presidente del Congreso, perteneciente a un partido distinto al de los presidentes mencionados también habría sido destituído y los que siguen tendrían todas las tendencias políticas, es decir, no sería una lucha determinada por preferencias partidistas, sino algo más general (si bien es difícil que sea totalmente ajeno a intereses políticos).
No es el único caso, en Colombia se está sometiendo a investigación al presidente actual, Juan Manuel Santos, por donaciones de la empresa brasileña a su campaña en 2010. "El Consejo Nacional Electoral ordenó dar trámite a las quejas presentadas sobre las presuntas irregularidades en la financiación de la campaña presidencial del año 2010", indicó en un comunicado la máxima autoridad electoral del país, encargada de investigar irregularidades en las campañas.
En Panamá, el dirigente del Partido Cambio Democrático (CD), Rodrigo Sarasqueta presentó una acción penal ante la Asamblea Nacional contra el presidente de esa República, Juan Carlos Varela por las supuestas donaciones que recibió de Odebrecht. Y solicitó un careo entre el presidente Varela y Ramón Fonseca Mora, socio de la firma panameña Mossack Fonseca.
La denuncia está basada en las declaraciones que hizo el 11 de febrero, el ex ministro Consejero, Ramón Fonseca Mora en las que aseguró que el mandatario "había aceptado donaciones de Odebrecht porque no se podía pelear con todo el mundo".
Ese mismo día, Fonseca Mora, quien es miembro de Partido Panameñista al finalizar una indagatoria por el caso Lava Jato, la Fiscalía Anticorrupción le otorgó una medida cautelar de detención preventiva y se encuentra detenido junto con su socio, Jüerguen Mossack, en unas de las celdas de la Dirección de Investigación Judicial (DIJ) de la nación centroamericana.
En fin, como se ve, el caso Odebrecht ha sido paradigmático a nivel internacional... hace unos días el licenciado Luis Manuel Pérez de Acha señalaba que el Sistema Nacional Anticorrupción debía ir por 10 casos ejemplares y destacó que la lucha contra la corrupción es un "reto monumental", desgraciadamente la Procuraduría General de la República (PGR) y Petróleos Mexicanos (Pemex) clasificaron como reservada la información ralacionada con las posibles implicaciones de funcionarios mexicanos con la constructora brasileña.
¿Podremos avanzar realmente en el combate a la corrupción? Mientras en otros países se discute de manera pública y se realizan procesos judiciales a través de los fiscales y jueces competentes, en México nos hacemos tontos y seguimos simulando que queremos un cambio. Así, definitivamente no lo lograremos.
