Antonio Maza Pereda
Sin duda alguna, los signos son importantes en todas las relaciones. Incluso, en el culto religioso y en la vida de relación con Dios, una parte importante de la Revelación y del mensaje se da a través de símbolos.
La visita del Sr. Trump al Papa Francisco tiene también un repertorio de signos que vale la pena comentar e interpretar. La visita al Papa forma parte de una gira más extensa, en la que previo a la entrevista con Papa Francisco hubo reuniones en Arabia Saudita y en Israel. La señal que Trump dio en la visita a la Arabia Saudita, es importante. En ella se firmó un enorme trato comercial por más de 300 mil millones de dólares, de los cuales más de la mitad es en armamento. Y, como un aspecto cultural y hasta posiblemente folclórico, el presidente Trump tomó parte en una danza guerrera en la que todos los participantes empuñaban espadas.
Claro, se puede decir que se trata de una venta como cualquier otra. Pero no es un tema totalmente neutro: las armas se compran para usarlas y el resultado de esas compras generalmente es de destrucción y muerte. Eso, sin hablar del tema del difícil control que se pueda tener sobre el armamento y la posibilidad de que este llegue a grupos terroristas.
De ahí, a Israel. Desde su fundación en 1948, a este país se le ha negado la paz. Todavía existen los grupos empeñados en "arrojar a Israel al mar". Un país que sabe que sus hijos siempre estarán en peligro por la guerra convencional y por el terrorismo. Y que, por razones diversas, tiene diferendos importantes con gobernantes islámicos. Llegar a hablar con sus amigos israelíes, como él dice, después de hacer una importante venta de armas en la región, no es la mejor de las señales.
Al llegar al Vaticano, el Papa Francisco le entrega como regalos una medalla con la imagen del olivo, símbolo de la paz. Además, le entregó el mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, la encíclica Laudato Si, el documento postsinodal Amoris Laetitia y otros documentos más. Todo un grupo de símbolos. Con gran elegancia y diplomacia el Papa Francisco invita al gobernante más poderoso del mundo a reflexionar sobre la familia, la ecología y la paz, estos últimos dos temas que no parecen estar en un lugar importante en la agenda del Sr. presidente de los Estados Unidos.
De una manera más sutil, al poner sobre la mesa el tema de la paz el Papa pone ahí mismo el tema del desarrollo y de la solidaridad, temas fundamentales para lograr una paz verdadera y que son muy difíciles de alcanzar cuando se tiene una agenda de aislamiento comercial y físico a través de la construcción de muros, y olvidando la construcción de puentes. Un tema mencionado por el Santo Padre hace mucho tiempo y que sigue estando de actualidad.
¿Escuchará el Sr. Trump? Eso es algo imprevisible. El Papa está en lo suyo: predicar a tiempo y a destiempo, sin respetos humanos, sin timidez por tratar con el gobernante con mayor poder económico y militar a su disposición. En esto, todos podemos ver también, una señal para que todos actuemos de la misma manera.