Aunque sin duda el comentario del presidente uruguayo, José Mujica, ha despertado la hilaridad del mundo y el descontento de la mandataria argentina, la verdad es que Mujica no hace otra cosa que expresar (muy a su pesar) el descontento popular que hay en américa latina y el mundo entero con los gobernantes irresponsables que nos llevan de una crisis a otra pasando por más sobresaltos. Ciertamente que el modelo capitalista e individualista está agotado, no da para más, simplemente es imposible crecer de manera constante, producir más y más cada año, sin generar enormes costos sociales, ambientales e incluso morales; sin embargo eso no justifica comportarse de manera populista generando aún mayores daños en los mismos rubros y enriqueciendo a los muy pocos que detentan el poder político.
Mujica tiene la conciencia limpia, nadie lo puede acusar de abusar de su poder, ha mantenido su sencillez y su situación económica es la de cualquier uruguayo, no pueden decir lo mismo sus pares socialistas del cono sur, o de Europa, donde Hollande enfrenta también múltiples problemas por las mentiras de su ex ministro de presupuesto, o las consecuencias de la política populista e irresponsable de Zapatero en España, que siguen pagando sus ciudadanos. ¡Exijamos honradez a los políticos!