El día de ayer Mayra Gisela Peñuelas, funcionaria de la Reforma Agraria de la nueva administración federal, revelaba que el cambio en el CDE del PRI es por acuerdos de César Camacho Quiroz con el gobernador de Sinaloa, Mario López Valdés, y que junto con la dirigencia van 9 candidatos a presidencias municipales y 10 a diputaciones.
Este es el juego de “todas para mí”; porque el gobernador también quiere candidaturas para su gente por el lado de la alianza, y lo peor es que parece que se le darán. El que se promovió hace 3 años como “El Gobierno del Cambio” y exigía “Alternancia Ya”, parece que ha olvidado su compromiso con la democracia por su interés en el poder. El gobernador “ciudadano” no lo es en absoluto, porque tiene penta o hexa militancias en los partidos políticos, sirviéndose de todos ellos y no sirviendo a ninguno. Este modelo es un esquema complejo de reproducción del sistema de partido único, en el que hay diferentes siglas y colores, pero una sola voluntad omnipresente. A los ciudadanos “nos juegan el dedo en la boca”, han incrustado en los diversos institutos políticos a sus “agentes” para que respondan a sus intereses y solo a ellos; la ciudadanía por eso es defraudada una y otra vez. No alcanza a construir un país para todos porque un pequeño grupo lo tiene secuestrado y no está dispuesto a soltarlo, solo a simular que las cosas son distintas.