En el fin de semana corrió la noticia de que Israel había atacado una caravana del ejército sirio, supuestamente por transportar misiles para Hezbollá. No era la primera ocasión en que ocurría, sin embargo, ahora el régimen de Assad si lo denunció a diferencia de los dos ataques anteriores durante el presente conflicto. Israel es un estado sumamente celoso de su seguridad interna, la información que recibe de inteligencia por parte del Mossad siempre la utiliza, aun cuando exista duda de su veracidad. Hay quienes dicen que el Mossad alcanzó a avisar a algunos patrocinadores del estado israelí sobre el ataque a las torres gemelas de 2001, informes a los que la CIA no concedió mayor importancia. Esta actitud de Israel se debe, sin duda, a estar rodeado por enemigos y a una vigilancia casi paranoica de su propia seguridad, en ocasiones les ha funcionado muy bien. Sin embargo ahora parece estar excediéndose, y es que el ataque perpetrado el fin de semana enciende luces rojas en la liga árabe. Assad dice que Israel está apoyando a terroristas, lo que queda parcialmente confirmado por los informes de la CIA, que han sido publicados por New York Times y Washington Post, en el sentido de que células de Al Qaeda están alineadas en la formación insurgente que combate a Bashar Al Assad. Israel siempre es visto con recelo por los países árabes, a excepción del derrocado régimen de Mubarak en Egipto, quien contuvo en muchas ocasiones posibles guerras árabes en contra de Israel, ahora no hay una oposición firme a una conflagración de esta naturaleza. Israel se siente seguro porque es el país mejor armado de la zona, y cuenta con el apoyo de EEUU, pero eso no disminuiría el sufrimiento de cientos de miles de personas que, ya de por sí, viven en medio de la zozobra permanente en aquella región del mundo.