El triunfo que hace poco más de un mes obtuvo de manera sospechosa Nicolás Maduro y que todavía se encuentra en litigio al día de hoy, aunque desestimado y manipulado por las autoridades venezolanas, parece estar haciendo agua. Hace unos días salió a la luz una conversación entre un conductor oficialista y un espía cubano, en la que el primero acusaba a Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional y correligionario de Maduro, de estar cometiendo fraude, evadiendo al fisco y sacando dólares del país, por temor a que ese gobierno se desplomara. No tardó el ejército en dar todo su respaldo a Maduro, pero no fue suficiente, ayer se dio a conocer que se ha iniciado un proceso judicial para investigar y castigar a los responsables de la traición. Lo curioso es que apenas dos días antes, Maduro se refirió al diputado opositor que develó la grabación como “basura” y la Asamblea Nacional rechazó hacer cualquier tipo de investigación. Pero bueno, en este país las cosas no ocurren como la realidad parece indicar, sino como el gobierno indica que pasan: ¿recuerda que se comentó en este espacio que no había papel higiénico suficiente para los venezolanos?, ya salió una explicación totalmente razonable, resulta que 95% de ellos como tres veces al día o más, y claro, como lo que entra tiene que salir, pues ahí está. Esto además también indica por qué no alcanzan los víveres, pues claro, tanto están comiendo que la comida se agota muy pronto, y entre una y otra, pues hay que hacer fila para volver a llenar la alacena… lo único que no cuadra es que el índice de desempleo (que por cierto dice el gobierno que está disminuyendo) se ubicó en 7.6%, es decir, los venezolanos no necesitan trabajar para comer, se pueden dar grandes festines, aunque el padre de familia no tenga chamba. ¡Caray!, ¿pues que estamos haciendo?, vámonos todos a Venezuela, el país de las mil maravillas.