El Consejo Estatal Electoral de Sinaloa, como el IFE a nivel nacional o el Consejo o Instituto de cada Estado, se han convertido en los garantes de la democracia en nuestro país, a pesar de los duros embates que han recibido, la credibilidad de la que gozan, particularmente el IFE, han permitido que, aún con las quejas de los actores, la inconformidad no se vuelque en violencia.
La decisión de la Comisión de Puntos Constitucionales y Gobernación de convocar a los interesados a formar parte y presidir el Consejo a puertas cerradas, avivan la desconfianza que ya de por sí tiene la ciudadanía del esquema de partidos, donde se tiene la percepción de que lo que cuidan son sus intereses particulares y no el interés general, agrava el hecho de que dos hermanos pertenezcan a la misma comisión, aún cuando representan a diferentes partidos, ya que sólo requieren de un voto más para aprobar cualquier decisión que tomen en la comisión.
La importancia de lograr un Consejo con credibilidad, va más allá del proceso electoral, ya que definirá toda la relación de los poderes con la ciudadanía. Es necesario que se den los pasos para generar confianza en las decisiones que el Congreso tiene que tomar, para que esas decisiones sean aceptadas y asumidas por la ciudadanía cada día más crítica y participativa, de manera que después gocemos de procesos electorales creíbles y por tanto de autoridades mayoritariamente aceptadas. Los porcentajes que obtienen los ganadores son cada vez más escasos, por ello es importante que la gente crea en el resultado, aunque el triunfador alcance escasos 30’s o 40’s porciento de la votación.
Esperemos que los diputados reconozcan esta justa demanda social, y abran el proceso de selección.