Lo de hoy es pelear al interior del PAN, <¿ganar elecciones?... ¿qué es eso?, no, hay que destruir al adversario primero, porque ¿de qué sirve tener el ejercicio del poder público si lo tenemos que compartir con otros? de ninguna manera, más vale perder que dejar que mi contrincante me gane las canicas>. Desafortunadamente, esa parece ser la manera de pensar de Gustavo Madero y Ernesto Cordero, a solo 18 días de la primera elección que tiene que enfrentar el PAN desde la oposición, parece que es más importante vencer al adversario interno que al enemigo común; o tal vez sea que en realidad hayan decidido trabajar para ellos en lugar de las siglas que dicen representar. A nadie escapa que esta confrontación por la coordinación del senado es un asunto de billetes, no hay principios envueltos en esta lucha. ¿Para qué perder el tiempo con esas cosas tan pasadas de moda?, pero si no escapa a nadie que toda autoridad moral para impulsar a sus candidatos está perdida; ¿para qué quieren al PAN? al parecer para sepultarlo, porque ningún futuro tendrá un partido donde lo más importante es controlar el recurso de una bancada legislativa, tan importante que todo lo demás queda en el olvido, tan importante que se olvidan que hay 14 entidades federativas que eligen representantes y una de ellas gobernador. Eso sí, el 8 de julio veremos el dedo flamígero que acuse al responsable de haber perdido Baja California (si eso ocurre), y que pida la cabeza del irresponsable presidente que fue capaz de perder el más antiguo bastión del panismo; del presidente del panismo, no vaya a pensar usted que el ex presidente del país. En fin, muy triste el espectáculo que dan estos aspirantes a bufones de la política para los que no fue suficiente acabar con la esperanza del pueblo mexicano, también desean enterrar la posibilidad de una oposición digna.