El proceso electoral del próximo 7 de julio está lleno de señalamientos de malas prácticas por parte de los partidos, y en muchos casos, también de casos de violencia tanto en contra de los candidatos (de todos los partidos) como de sus simpatizantes y la sociedad en general. Este clima de inseguridad ha sido promovido incluso por el propio presidente del Consejo Estatal Electoral de Sinaloa, que ha señalado desde el principio, posibles dificultades en la instalación de casillas en algunas zonas del estado, principalmente en las regiones serranas, para después desdecirse y señalar que se instalarán todas las casillas electorales, aunque aceptó que se solicitará el apoyo del ejército para ello. Si la dificultad para ejercer el voto libre y secreto es tan grande, ¿tiene validez la elección?, ¿saldrá a votar el ciudadano común y corriente?, en Sinaloa municipio los candidatos de la alianza Unidos Ganas Tu (PAN-PRD-PT) dejaron de hacer campaña tras el homicidio de Eleazar Armenta, candidato de esa coalición; en Rosario los candidatos de la coalición Transformemos Sinaloa (PRI-PANAL-PVEM) han hecho señalamientos de la violencia del adversario y la coalición también resintió el homicidio del hijo de uno de sus coordinadores de campaña. Todo esto está generando un ambiente donde es muy difícil ejercer el voto con plena libertad, el mismo gobernador del estado Mario López Valdés ha señalado que preocupa la violencia en medio de los procesos lectorales. Sin embargo como ciudadanos la única opción que tenemos ante esta situación es la de salir a ejercer el voto, esta violencia no va dirigida hacia la ciudadanía en general, pero si todos los ciudadanos aceptamos las condiciones que se quieren imponer, solo lograremos que se reafirme el modus operandi para desalentar la participación de la gente honesta y trabajadora. En nuestras manos está sostener la viabilidad del sistema democrático de nuestro estado.