En 2010, con las votaciones más copiosas en la historia de Sinaloa, la coalición “De Corazón por Sinaloa” obtuvo el triunfo que trajo para el PAN y el PRD la representación más grande en alcaldías y diputaciones, convirtiendo por primera vez al PRI en partido minoritario. Al parecer los miembros de la coalición se creyeron “sus logros” y no quisieron ver la enorme fractura al interior del PRI que permitió este triunfo, incluida la operación a favor de Malova de los ex gobernadores Juan S. Millán y Francisco Labastida ¿o usted cree que los vástagos de ambos están en el gobierno malovista por sus lindas caras? Al distribuir el poder en el gobierno del estado, los malovistas/priistas recibieron las Secretarías de Gobierno, Administración y Finanzas, Desarrollo Social y Humano, Educación, Salud e Innovación Gubernamental; mientras que al PAN le tocaron: Desarrollo Económico, Obras Públicas, Turismo y Seguridad Pública y al PRD Agricultura. Como se puede apreciar, desde el principio del gobierno los priistas fueron favorecidos mucho más ampliamente tanto por cantidad como por calidad de las dependencias que se les encomendaron; pero dentro del PAN y aún (aunque en menor medida) en el PRD, se consideraban “gobierno”. Cuando el carruaje se convirtió en calabaza fue este último domingo electoral, así como a la Cenicienta, a Edgardo Burgos y Heriberto Arias se les acabó el discurso de alianza con el gobierno del estado de un minuto al otro, y no es porque no supieran como estaban las cosas. Ahora sí, ya perdida la elección quieren marcar su raya con el gobierno estatal, lo acusan de haber favorecido a ciertos candidatos (todavía algunos timoratos dicen que no es el gober-nador, sino sus funcionarios) y hasta de haber organizado una elección de estado en Ahome. Pues por dignidad, Edgardo Burgos, que hasta ayer era incondicional de Malova, debería dejar la dirigencia de Acción Nacional.