La novela de Daniel Silva trata sobre cómo los aliados orquestan una serie de eventos y filtraciones que llevan a Adolfo Hitler a tomar decisiones completamente equivocadas sobre el “Día D”. Claro que es un novela, pero sobre hechos históricos mezclados con ficción posible, pero el resultado debe ser algo muy similar a lo que en realidad ocurrió. Para los aficionados a la conspiración, y aún para los analistas serios, los hechos actuales del caso Snowden no pueden menos que llamar la atención sobre el mundo del espionaje, y hace que se pregunten si lo que estamos presenciando es una persecución/protección de un desertor o en realidad hay también en esta historia un verdadero Juego de Espejos. En primer lugar llama la atención la sucesión de eventos tan limpiamente concatenados: la revelación del escándalo de espionaje por The Guardian y The Washington Post, dos diarios de prestigio y enfoque político, la huida a China casi al mismo tiempo que el Presidente Chino abandona EEUU; el traslado de Snowden a Rusia al terminar la reunión del G-8 y a punto de iniciar la conferencia de países productores de gas en Moscú, el bloqueo de Evo Morales al mismo tiempo que cae el gobierno Egipcio y EEUU anuncia un próximo apoyo a los rebeldes sirios; las ofertas de asilo en América Latina en concordancia con la salida del ejército americano de Afganistán y la solicitud de asilo, finalmente en Rusia. El mundo es muy complejo, y más lo son las relaciones entre los países, pero sin duda la presencia de Snowden todo este tiempo en los medios de comunicación ha resultado un distractor, por decir lo menos, de todos los graves eventos que están teniendo lugar en el mundo. El caso Snowden parece tener un guion, en el que cada actor tiene un papel que representar y un momento en el que debe aparecer en escena, sin querer parecer teórico de la conspiración, sin duda hay algo que está raro aquí.