El día de ayer iniciaba el ciclo escolar 2013-2014, y así fue para gran cantidad de alumnos del país, pero no para dos millones de educandos que tienen la desgracia de vivir en Michoacán, Oaxaca y Tabasco. Ahí los maestros concluyeron su periodo vacacional y ¡Oh sorpresa! se fueron de pinta, y en este caso si es de pinta, ya que están pintarrajeando las calles, negocios y casas de la Ciudad de México, además de desquiciar el tráfico en una ciudad ya de por sí conflictiva para esos menesteres.
¿Qué quieren los maestros?, poca cosa, que no se apruebe la reforma educativa, que no los corran si son ineptos para el trabajo, que les paguen más porque, oiga, como se van a conformar con míseros diez mil pesos al mes, si tienen que pagar su cuota de Morena, la contribución para el Peje y los viajes de manifestación a donde el líder lo indique, así el sueldo no alcanza ni para comprar pulque.
Por supuesto que ellos se deben a sus alumnos, pero ya los verán poco antes de las vacaciones de diciembre para ir a recibir sus regalos de navidad y a ver si los alcanzan a invitar a alguna posada, porque los capitalinos no les comparten ni un mal techo, son muy quisquillosos, hasta se enojan cuando ellos deciden ejercer su libertad de expresión.
El que si se porta cuate es el Jefe de Gobierno, bueno, los últimos tres, para que no se sientan, los dejan hacer lo que quieran, les mandan a la policía a cuidarlos y hasta meten al bote al que se atreva a molestarlos aunque sea por haber roto los cristales de su negocio, esos jefes de gobierno, si que son camaradas.
¿Y la educación? pues es por lo que están luchando, para mantener el nivel de excelencia que hasta ahora han prodigado, por eso Michoacán, Oaxaca y Tabasco ocupan los primeros lugares en el desarrollo nacional. ¡Ojalá algún día los imitemos!