El día de ayer llamó la atención una nota difundida en la prensa sobre el matrimonio homosexual. Resulta que hace unas semanas se aprobó en Colima una ley de “enlace conyugal” que confiere a las parejas del mismo sexo derechos y prestaciones muy parecidas a las de los verdaderos matrimonios, sin embargo, como no se utilizó el mismo nombre, en el municipio de Cuauhtémoc de ese estado se siguen realizando “matrimonios igualitarios” una chapuza organizada por el ayuntamiento perredista, mismo que promovió la iniciativa de ley que desembocó en la figura de enlace conyugal.

En ese municipio, dos hombres solicitaron en fecha reciente que se les concediera el uso de la plaza pública para realizar la ceremonia, lo que se autorizó y fue presenciado por muchos habitantes del pueblo, incluidos los niños. Los pequeños son curiosos por naturaleza, pero siempre son hijos de un hombre y una mujer (un hecho que los promotores del matrimonio del mismo sexo prefieren obviar) y entonces hacen preguntas a sus padres heterosexuales, los cuales se ven en serias dificultades para explicar a un niño de manera natural lo que no lo es.

Como resultado de ello, muchos padres de familia, vecinos del diputado Rafael Mendoza Godínez, se acercaron para formular quejas, en las palabras del propio diputado: "Madres de familia me han externado su preocupación de que en este espacio público se lleven a cabo bodas entre personas del mismo sexo, porque consideran que alteran la concepción que los niños y las niñas tienen en relación con la pareja que forman sus padres“, de ahí que ahora el diputado tome una postura en la que solicita que este tipo de uniones se realicen a puerta cerrada.

Pero lo más triste del asunto es la razón por la que este diputado decidió apoyar en un primer momento las uniones homosexuales: "Si yo tomé la decisión de apoyar la propuesta de la presidenta es porque no quería que hubiera conflictos entre nosotros y que estuviéramos chocando, por eso la apoyé, por no tener problemas con ella, pero Cuauhtémoc no está preparado para eso“

Los niños, que no han sido contaminados con todas estas tonterías, distinguen todavía entre lo bueno y lo malo; no es entonces una “construcción cultural” sino lo que es natural a la humanidad y no lo es, así lo vio este diputado, aunque demasiado tarde, ahora no encuentra la forma de salir del embrollo en el que está.