Pemex es de los mexicanos, el pueblo, la sociedad, pagó con sus bienes la expropiación petrolera… y el gobierno se ha beneficiado por 75 años de ello, en todos estos años, Pemex no ha recibido un solo peso de inversión fresca, es decir, proveniente de algo distinto de lo que sea su propia operación, por lo que los accionistas son todos aquellos que dieron algo para su expropiación y sus sucesores, pero el gobierno nos quiere vender la idea de que Pemex es de TODOS los mexicanos, ¿en verdad?, ¿usted alguna vez ha recibido un centavo de reparto de utilidades del negocio petrolero? Me imagino que la respuesta es la misma para todos: NO.
Una reforma de Pemex necesariamente tiene que considerar dos cosas: La primera, es que el sindicato, que cobra por las plazas, que recibe dinero de la paraestatal y que se maneja con total discrecionalidad y casi como propietaria del petróleo, la empresa y sus bienes, salga de Pemex, se formule un nuevo contrato colectivo con un sindicato transparente y se acabe el abuso de la familia Romero Deschamps.
El segundo, es que se limite el sangrado financiero de la empresa: los recursos de Pemex no pueden ser el fondo de financiamiento de un gobierno ineficiente, si se van a cobrar impuestos, adelante, pero solo lo que se debe cobrar, ni un peso más, no es justo que los diputados, cada vez que hay un hueco en el presupuesto del próximo ejercicio, le aumenten el valor al petróleo y digan que de ahí saldrá.
¿Reforma energética? por supuesto que si, pero una reforma que obligue al gobierno a sacar las manos de las arcas de Pemex, que haga a la empresa eficiente, que permita la inversión con recursos frescos de quien sea, sin otorgarle la propiedad a nadie distinto del pueblo de México.
Que los recursos “excedentes” es decir, la utilidad, se invierta en educación, infraestructura, apoyo a las micro, pequeñas y medianas empresas. En pocas palabras, que se convierta en realidad eso de que Pemex es de todos los mexicanos, y que deje de ser propiedad de camarillas que se benefician de su ineficiencia, de su despilfarro y de su opacidad. Los mexicanos merecemos y necesitamos una empresa petrolera fuerte y sana, que sea capaz de competir en el mundo moderno.