Estamos a menos de una semana de que inicie la LXI legislatura del Congreso del estado de Sinaloa, los retos que enfrentará no serán menores, ya que los diputados salientes, más allá de la cantidad de iniciativas aprobadas, dejaron una enorme lista de pendientes, asuntos inconclusos, temas espinosos y problemas que resolver.
En el próximo cuerpo legislativo existirá una mayoría simple del Partido revolucionario Institucional, el cual buscará negociar con el gobernador de manera que quede mejor posicionado para las elecciones de 2016 en que se renovará el ejecutivo, con la esperanza de recuperar plenamente el control del estado. Pero tendrán que superar enormes escollos. La atención de la ciudadanía está puesta en temas torales: la ley de participación ciudadana, la ley de ecología, la reglamentación secundaria de las candidaturas ciudadanas y, además, el tema de la municipalización de Eldorado.
Adicionalmente tendrá que resolver de manera satisfactoria los temas de transparencia, impulsar una mayor responsabilidad en cuanto al cumplimiento de los mandatos para los que son electos los servidores públicos y la reforma electoral de Sinaloa que tiene ya varios años pendiente y dentro de la que es necesario revisar el tema de los distritos electorales.
Si la fracción priista no la tiene fácil, menos lo resulta para panistas y perredistas, quienes impulsaron al actual gobernador, pero del que ahora se sienten distantes, tomen o no la postura de distanciamiento del gobernador, la verdad es que al ser minoría, serán menos considerados por parte del gobierno estatal, aunque en el caso de reformas constitucionales serán imprescindibles para alcanzarlas.
Quizá la mejor oportunidad la tiene el Partido Sinaloense y quien será su coordinar, el ex rector y ex alcalde, Héctor Melesio Cuén, al ser pocos diputados y no tener influencia significativa, lo que logren promover será bien visto por la sociedad, siempre que responsa a los intereses y anhelos de esta, y no solo a la agenda de los otrora universitarios.
La LXI legislatura será clave también para el gobierno del estado, ya que con un buen manejo de acuerdos podrá coronar o no los proyectos sexenales y las promesas empeñadas por Mario López Valdez.