Llegó el 2014, como cada año hacemos propósitos y establecemos metas, renovamos el ánimo y la esperanza y confiamos en que será un mejor año para nosotros y las personas que nos importan.
Esta renovación es fundamental en la vida de las personas y las instituciones, permite evaluar lo hecho y buscar los nuevos objetivos necesarios para el crecimiento personal y de la organización u organizaciones a las que pertenecemos, sean estas empresas o instituciones sin fines de lucro, benéficas o deportivas, sociales o culturales o incluso para el grupo de amigos que de manera informal se reúne en el café para arreglar el mundo, la necesidad del ser humano por tener esperanza es parte de su naturaleza, sin ella entra el vacío y se apaga toda capacidad de acción.
Para México, 2014 debe ser un año importante, las reformas impulsadas por los tres principales partidos políticos y por el gobierno de la república, dicen, deben ser una oportunidad para el desarrollo y el crecimiento del país. Es fundamental que esto sea verdad y que quienes tienen la responsabilidad de lograrlo lo hagan trabajando con responsabilidad, eficacia y sin cejar un instante en lograr el objetivo: el ejecutivo federal a través de sus dependencias y órganos desconcentrados, el legislativo con la generación de las leyes secundarias que garanticen la adecuada marcha del país, el judicial con la vigilancia del cumplimiento de las leyes en el ámbito nacional y así los 32 ejecutivos, legislativos y judiciales estatales y los miles de ayuntamientos en todo el país; pero también, y de manera fundamental, la ciudadanía, vigilando y exigiendo a las autoridades que dejen de lado la simulación, que se esfuercen y desquiten los buenos sueldos y jugosas prestaciones que reciben con los impuestos que paga la población.
México no resiste más tiempo con promesas incumplidas, los millones de pobres de nuestro país, especialmente los jóvenes, necesitan empezar a ver la posibilidad real de un crecimiento y desarrollo personal, no pueden seguir aumentando los nini’s de nuestra sociedad, no debe permitirse que más seres humanos mueran de hambre y frio en nuestras comunidades mientras otros engordan y se sacian y desperdician lo que les hace falta.
Las empresas tienen que buscar mejores mecanismos para la generación de riqueza, pero también en la forma de compartirla con sus trabajadores y la sociedad a la que sirven y de la que obtienen beneficios.
Los medios de comunicación debemos buscar dar información veraz, oportuna y útil a nuestros lectores para que mejore su entendimiento del entorno y les ayude en la toma de decisiones.
Esto y más, son los retos de 2014. No son nuevos como dice el título, por su existencia, pero si son nuevos en tanto que debemos encontrar, por fin, la forma de resolverlos de manera adecuada, ese debe ser nuestro compromiso con nuestro querido México.