El día de ayer Fausto Vallejo Figueroa, gobernador constitucional de Michoacán, señaló que la violencia que se vive en ese estado es consecuencia de las políticas implementadas por los gobiernos federal y estatal que precedieron a los actuales, y aunque señaló que eso no significaba que se estuviera justificando y que se pondría a trabajar para resolver el problema, la realidad es que si sonó a justificación y las explicaciones perjudicaron más que excusar al mandatario michoacano.
Ciertamente la situación que se vive en Michoacán no es nueva, ni se podría haber llegado a ella en unos pocos meses, pero revisemos un poco lo que se ha visto últimamente en aquella entidad:
El 15 de septiembre de 2008 estalló una granada en el centro de Morelia durante los festejos del inicio de la independencia de nuestro país, las autoridades minimizaron el asunto aunque se detuvo a los presuntos autores supuestamente vinculados a Los Zetas.
En mayo de 2009 la PGR detiene a más de 30 servidores públicos en el llamado “Michoacanazo” que terminó en nada, liberando a todos los detenidos excepto a uno. En 2010 continuaron las confrontaciones, especialmente con el cártel de La Familia Michoacana, destacando un enfrentamiento en diciembre de ese año con más de 24 horas de balazos.
En 2011 hubo elecciones en ese estado las cuales estuvieron envueltas en medio de la violencia, más de 1,500 personas buscaron refugio fuera de sus localidades evadiendo las situaciones de peligro. En febrero de 2012 tomó posesión Fausto Vallejo como gobernador de la entidad tras vencer a “Cocoa” Calderón en la elección del año anterior. Poco después de esto empezaron a surgir en el estado las llamadas autodefensas. En ese mismo año la violencia se manifestó de manera importante en Tierra Caliente, el gobernador llamó a mantenerse unidos en la adversidad y circular con cuidado en la zona de Tierra Caliente y Apatzingán.
En noviembre de 2013 se estiman en más de 15 mil las personas armadas en Michoacán entre soldados, policías federales, estatales y municipales así como autodefensas y narcotraficantes.
Ante este panorama, Fausto Vallejo declara que se reunirá con el Secretario de Gobernación para “analizar la estrategia” y buscar mecanismos para evitar la expansión de las autodefensas, aunque ufano, señala que a medida que las autodefensas se expanden, también se debilitan.
Estas declaraciones evidencian una falta de contundencia y compromiso de acción para detener la violencia, los gobiernos estatales tienen muchas atribuciones en materia de seguridad pública, no tienen por qué estar siempre esperando al gobierno federal, pero sin acción, solo veremos como la violencia y el desorden se incrementan. Esperemos, por el bien de Michoacán y de todo México, que pronto se tomen cartas en el asunto, con verdadera voluntad política para resolver el problema.