En 2011 se llevaron a cabo en España casi 120 mil abortos, ese mismo año hubo elecciones y el Partido Popular (PP), ganador del proceso, incluía en su programa de gobierno la reforma a esta ley para proteger la vida del no nacido.

Hoy España se encuentra en pleno debate sobre la Reforma a la Ley del Aborto, todos los partidos de izquierda se han opuesto a la propuesta del Partido Popular, que tiene mayoría y podría aprobarla en solitario, pero también al interior del propio PP hay diferencias y debate sobre la propuesta que presentaron en su momento presentaron Alberto Ruiz-Gallardón, ministro de justicia y Ana Mato, ministra de salud. Desde el título de la ley, que actualmente es Ley Orgánica 2/2010 de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo y que en la nueva propuesta se llamaría Ley de Protección de la Vida del Concebido y de los Derechos de la Mujer Embarazada, se vislumbra una forma totalmente distinta de concebir a la persona y el mundo por parte de los legisladores. Mientras que para la izquierda lo importante es la defensa del derecho a la libertad de la mujer, para los populares el énfasis se encuentra en el derecho a la vida de las personas.

Desgraciadamente el debate lleva a una insensatez que ha obligado a los promotores del aborto a impulsar nuevas definiciones desde el seno de las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud para poder defender sus puntos de vista con un lenguaje que no exprese tan claramente lo que está ocurriendo en realidad.

Porque si planteamos: derecho a la vida frente al derecho a la libertad, nos encontramos con que no puede existir la libertad si antes no se tiene, precisamente, vida, de ahí que el primer derecho fundamental de todas las personas sea precisamente el de vivir, y después de ahí se desprenden todos los demás.

Adicionalmente, se presenta el aborto como una alternativa, cuando en realidad, la menos interesada en abortar, es la mujer embarazada. Cuando una mujer tiene que vivir con esta decisión, es normalmente porque ha sido empujada por la sociedad hasta no tener otro camino disponible, con lo que la supuesta libertad que se defiende ha quedado anulada a priori.

La principal queja del PSOE es que la nueva ley solo permitiría realizar el 8% de los abortos que se practican actualmente, mientras que para los defensores de la vida, la ley tiene el defecto de que permitirá matar a más de 9 mil niños no nacidos anualmente.

La posición de Esperanza Aguirre, presidenta del PP en Madrid, es muy significativa en cuanto al compromiso que tienen con la vida estos políticos: ha abogado este martes, por que el Gobierno lleve a cabo un "cambio inmediato" en la ley del aborto al margen de los "cálculos" de las encuestas y ha opinado que el proyecto aprobado por el Gobierno refleja lo establecido en el programa electoral.

En un mundo donde los políticos están interesados únicamente en ganar elecciones, la declaración de esta mujer es todo un ejemplo de congruencia y compromiso con la vida. Habrá que esperar para ver si finalmente el PP será fiel a los principios o solo a los votos.