Este domingo se celebró en la ciudad de Nueva York el campeonato de la Liga Nacional de Futbol americano, previo al partido, los Broncos de Denver eran favoritos por tres puntos para obtener el premio Vince Lombardi sobre los Seattle Seahawks, pero se esperaba un encuentro parejo con posibilidad de tiempo extra y el segundo anillo para el mariscal de campo Payton Manning.
Desafortunadamente para los Broncos, las cosas no salieron bien: no ganaron ni siquiera el volado inicial, pero los Seahawks, con una gran confianza en su defensiva, decidieron entregar el balón para que Manning tuviera la primera oportunidad de conducir las acciones; no se hablaron, estaban nerviosos, quién sabe qué pasó, lo cierto es que el primer centro de Ramírez ni siquiera rozó los dedos de Payton, el balón se fue a la zona de anotación y se declaró un safety transcurridos apenas 15 segundos del juego. Después los Broncos no vieron la suya, dos intercepciones y un balón suelto sellaron el destino 43-8, en uno de los resultados más abultados de la historia de los súper tazones.
El mérito para el equipo de Seattle es haber confiado en sí mismos, mantener su plan de juego y no confiarse ni por un minuto a pesar de la ventaja.
Muchas enseñanzas podemos obtener de este deporte, y de este juego en particular. Muchas veces tenemos que enfrentar situaciones en las que claramente estamos en desventaja, ya sea en el ámbito laboral o deportivo, pero es fundamental tener claro cuales deben ser nuestros objetivos y metas, así como el plan a seguir. Debemos confiar en que tenemos la preparación que hemos obtenido a lo largo de los meses o años y no hay que conceder nada ante las adversidades que se tienen que enfrentar.
La vida es más seria que un juego de futbol, pero no es muy diferente, la confianza en nosotros mismos y nuestros planes es fundamental para alcanzar las metas que nos hemos establecido.