En los últimos años, si de algún tema se ha hablado en los medios de comunicación, es el relativo al de los abusos sexuales de algunos sacerdotes contra los niños. Situación por demás abominable, máxime tratándose de personas que gozaban del respeto de la comunidad y lo que configuraba un delito, además del propio de la pederastia, de abuso de confianza, fraude y abuso de poder.
El tema ha escandalizado a las buenas conciencias y en muchos casos personas de buena fe niegan su existencia, sin embargo ya Joseph Ratzinger, aún siendo Prefecto para la Doctrina de la Fe reconoció el problema y recomendó la sanción contra el Padre Marcial Maciel, fundador de Los Legionarios de Cristo y ya durante su pontificado como Benedicto XVI se puso a esta agrupación religiosa bajo la vigilancia de un auditor de la Santa Sede.
El Papa Francisco ha señalado que antes que el honor de la Iglesia, se debe defender la verdad, y ha reconocido que este es un flagelo que azota a la Iglesia en tiempos modernos en la persona de algunos sacerdotes, ha pedido a los obispos que estén muy vigilantes y tengan cero tolerancia sobre este comportamiento y ha creado una Comisión para atender los casos de pederastia.
A pesar de lo anterior, el día de ayer la ONU da a conocer un informe en el cual señala "El Comité está muy preocupado de que la Santa Sede no haya reconocido la amplitud de los crímenes cometidos, no haya tomado las medidas apropiadas para afrontar los casos de pedofilia y para proteger a los niños y haya adoptado políticas y prácticas que han propiciado la continuación de los abusos y la impunidad de los autores"
Además de ignorar todos los aspectos arriba señalados, la ONU supone que el gobierno central de la Iglesia debe conocer todos los aspectos que ocurren en cada una de las parroquias que hay alrededor de todo el mundo, niega a los implicados la presunción de inocencia en tanto no sean declarados culpables y exige a la Iglesia actuar a modo de ministerio público.
En todo esto, señalan autoridades del Vaticano, hay un interés por interferir en las enseñanzas de la Iglesia, lo cual no se puede permitir, ni está dentro de las atribuciones de Naciones Unidas.
Si la preocupación de la ONU es verdaderamente la de los niños, ¿porqué no ha actuado contra los casos de pedofilia en colegios ingleses?, ¿y en los casos de Hollywood o de los ámbitos deportivos?. ¿Ha pedido acaso la ONU que se exija a la Reina de Inglaterra que implemente mecanismos que impidan la pedofilia en su país?
Si bien el problema de pederastia existe dentro de la Iglesia Católica, este no se limita a los sacerdotes, sino que ocurre en todas las religiones y en todos los países y profesiones del mundo, especialmente en aquellos que tienen bajo su cuidado a los niños, los cuales deben ser protegidos por toda la sociedad y todos los gobiernos del mundo.