Dos son reconocidos como los hombres fuertes del gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto: Miguel Ángel Osorio Chong, Secretario de Gobernación y Luis Videgaray Caso, Secretario de Hacienda.
También pareciera que ambos representan diferentes grupos aliados en el gobierno federal, lo que significa diferentes proyectos y quizá hasta diferentes visiones de lo que quieren lograr con este gobierno.
El grupo de Osorio Chong pareciera controlar el aspecto político de la administración y en ese grupo se encontrarían de manera destacada Jesús Murillo Karam y Emilio Chuayffet Chemor, Procurador General de la República y Secretario de Educación respectivamente.
En tanto, en el grupo de los técnicos de la economía se encontrarían, además de Videgaray, José Antonio Meade y Alfonso Navarrete Prida de Relaciones Exteriores y la Secretaría del Trabajo.
Sin embargo esta alianza entre estos dos grupos fuertes podría estar al borde del quiebre, esto debido a los malos resultados y la falta de capacidad demostrada por el grupo de políticos, quienes han tenido un pésimo desempeño en el tema de la seguridad pública y la educación.
Mientras que, a pesar del rechazo de importantes sectores de la sociedad, la reforma fiscal y la laboral han ido avanzando y sorteando las dificultades del camino, y en el ámbito internacional se ha logrado cuidar la imagen del Presidente, en el tema de seguridad las pifias se han sucedido una tras otra: como responsable de la seguridad y la información de inteligencia del Estado, Osorio Chong no fue capaz de advertir a Castillo sobre “El Abuelo” o a Chuayffet de la agresión de que fue objeto en Michoacán.
El propio Secretario de Gobernación ha tenido declaraciones disparatadas con respecto a la reforma educativa, donde señaló que se correría a los maestros que no asistieran a dar clases, y luego convirtiendo en interlocutores válidos a esos mismos maestros; de igual forma, en Michoacán se sentó a negociar con el grupo armado de las autodefensas, en flagrante violación a la ley, y peor aún, las han sumado a las acciones propias del Estado, con lo que valida el uso de la fuerza por un ente distinto al gobierno, poniendo en riesgo la gobernabilidad hacia el futuro. Por su parte, el Secretario de Educación ha sido incapaz de abordar el tema de la educación de calidad, reduciéndola al número de días que se deben tener clases, pero incluso en ese aspecto no ha tenido éxito generalizado al tener que ceder especialmente con las secciones de Oaxaca y Michoacán.
En breve el Presidente deberá tomar una decisión sobre la continuidad de su equipo, no porque lo establezcan los plazos, sino porque los resultados a los que se ha comprometido no llegan, ¿prevalecerá la alianza de políticos y tecnócratas? o ¿veremos surgir alianzas y derroteros nuevos en el gobierno priista?