No sé quién fue el de la brillante idea, pero definitivamente no lee los periódicos ni conoce la historia.

La idea de reprimir a los estudiantes y no permitirles manifestarse, aún cuando su reclamo es totalmente legítimo, me parece, fue la peor idea del mes, y eso que apenas estábamos en el primer día.

En el París de 1968 o en la Venezuela de 2014 todo empezó con los jóvenes, y es natural que la juventud sea quien mejor entienda a la sociedad e impulse los cambios que en ella se gestan, para los jóvenes no existen los imposibles, su mente no está contaminada con los paradigmas que los que somos más viejos damos por sentado, para ellos las cosas solo pueden mejorar, ya que nada los ata; pero además darles motivos para desconfiar aún más de una clase política ya de por sí desprestigiada es echar gasolina en la brasa que arde contenida en el cerco de una fogata, esparciéndola por el bosque lleno de madera y hojas secas.

Gracias a Dios, no pasó a mayores la represión de las autoridades de Culiacán, pero no les permitieron entrar al Congreso, lo que es ilegal ya que las sesiones son públicas y los jóvenes, universitarios en su mayoría, tienen la mayoría de edad, por lo que son ciudadanos de pleno derecho a menos que se compruebe lo contrario. ¿Con qué autoridad se prohíbe a cualquier ciudadano el acceso?, ¿para eso querían las rejas?, ¿para estar más protegidos de la sociedad que se supone que representan?

Las decisiones que se toman desde el miedo, orillan a la violencia. Nuestras autoridades deben sentir que la sociedad no las quiere y por eso actúan con miedo, se conforman con asistir a foros donde todo está planeado y controlado, pero difícilmente se aventuran a recorrer las calles y visitar a los vecinos de las zonas marginadas, a menos que sea después de un desastre y con la promesa de llevar recursos para satisfacer las demandas, en ese momento, única inquietud de los afectados, pero ¿cuándo los ha visto pasar por su casa y preguntar si todo va bien?

Solo en la medida en que el compromiso e identificación de las autoridades con sus representados se dé, podremos estar seguros que no tomarán decisiones desde el miedo y evitarán la generación de problemas, por lo pronto, hay algunas decenas de jóvenes más decepcionados y molestos que ayer.