Pretender explicar un conflicto humano siempre tiene el riesgo de encontrar causales simplistas que minimizan el tamaño del problema, tratar de abarcar todo puede resultar tan confuso que lo mismo sería no abordar el problema en absoluto, encontrar el justo medio es el reto para cualquiera que quiera analizar una situación; cuando estos conflictos son de orden político, económico y militar la tarea es simplemente imposible, por ello es conveniente buscar las diversas opiniones y tratar de forjar la propia. Las siguientes líneas no pretenden abarcar la totalidad de las causas y consecuencias del conflicto ucraniano, apenas son un acercamiento para conocer algunas de las causas que se esgrimen en los medios de comunicación que he tenido la oportunidad de revisar, por lo que de ninguna manera pretendo que lo aquí expuesto se trate como una verdad científica, sino más bien un elemento para el debate de las ideas y la aproximación a la realidad del problema en Ucrania.
En noviembre del 2013, el entonces presidente ucraniano, Viktor Yanukovich, tomó la decisión de no buscar una política de acercamiento con Europa y prefirió fortalecer su vínculo con la Federación Rusa de Vladimir Putin; en los medios pudimos observar como el descontento de los ucranianos pro europeos creció, azuzado y financiado por la propia Unión Europea y Washington (lo que fue revelado por medios occidentales) hasta que el presidente, presionado por la opinión internacional y el aumento del descontento de los manifestantes se vio forzado a huir de su país y refugiarse en Rusia.
Apenas había tomado posesión el nuevo presidente interino ucraniano Oleksandr Turchínov, cercano a la opositora Timochenko, cuando empezaron las manifestaciones en su contra, no en Kiev, sino en la periferia, Crimea primero y después el este ucraniano, ahora azuzados y (aparentemente) financiados por el presidente ruso.
A la anexión de Crimea a Rusia siguió la toma de instalaciones gubernamentales en Donetsk y levantamientos similares en Kharkov y Lugansk, aunque Kiev ha iniciado acciones para recuperar el control de estas zonas, la situación podría desembocar en una abierta guerra civil, con una parte apoyada por Occidente y la otra por Rusia.
Ucrania ha sido tradicionalmente una región de influencia Rusa, la caída del imperio soviético no cambió esta situación, pero la actual necesidad de energéticos, especialmente de gas, ha impulsado una feroz guerra por el control de la zona por intereses principalmente económicos, donde la lucha por el bienestar de la población y la defensa de las libertades son únicamente pretextos ante la oportunidad de contratos multimillonarios con la Unión Europea, principal demandante de los energéticos.
Por supuesto que existen una serie de sentimientos y necesidades de los pobladores de la región, pero estos están siendo utilizados y manipulados por las potencias en conflicto para afianzar su propio poder, ¿o usted que opina?