Este martes se dieron a conocer los equipos de negociación de Gustavo Madero con los derrotados corderistas, una negociación que se supone pondrá las bases para la llamada “Operación Cicatriz” en el PAN después de la campaña álgida en la que los candidatos se dijeron de todo.
Los maderistas estarán representados por quien será el secretario general, Ricardo Anaya, quien se acompañará con Santiago Creel y Marco Antonio Adame. Por el otro lado, serán el propio Ernesto Cordero, Roberto Gil y Max Cortázar.
Por su parte Madero ya señaló que no podrán ser incorporados al CEN, ya que este se eligió por planilla, por lo que quedan como posibles espacios de negociación los que corresponden a la comisión permanente del partido y las consejerías.
Tendrá que demostrar, Gustavo Madero, mucho tacto político para quien obtuvo más del 40% de votos en la elección, pero también el candidato perdedor, Ernesto Cordero, tendrá que aceptar que no está en condiciones de imponer su voluntad, aunque si muchas cartas que jugar.
Lo importante de la negociación es lograr redefinir la unidad del partido en torno a un proyecto de país, no en conseguir las alianzas en base al reparto de espacios de poder, esto último solo lograría dejar contentos a algunos de los actores que se opusieron a Madero: los que consiguieran hueso (aunque es muy pretencioso llamarlo así). En cambio determinando una plataforma y principios de participación política de Acción Nacional, se abriría el abanico para la participación de toda la militancia, que podría volver a identificarse con el que alguna vez fue el partido de los ciudadanos (al menos de un sector de estos) y dejar atrás la lastimosa actuación que ha tenido en los últimos años al olvidarse de sus orígenes y su propuesta.
Acción Nacional está hoy en una encrucijada, lo mismo da quien haya resultado ganador, lo importante es que ahora se construya nuevamente un partido fuerte, solidario, basado en principios y con una fuerte actitud de responsabilidad desde la oposición, como ya lo hizo en la década de los 90’s. Solo así podrá volver a la senda del triunfo, aprendiendo de los errores que cometió en el ejercicio del poder y con un compromiso renovado con la sociedad, a la cual se lo deberá demostrar antes que ésta esté dispuesta a darle su confianza otra vez.