El día de hoy enfrenta la Selección de México a su similar de Brasil, ambos equipos vieron afectado el resultado de su primer juego por la actuación de los árbitros, uno en contra y el otro a favor, y aunque eso no cambie la expectativa del resultado final, el ánimo del público y los mismos jugadores si puede verse alterado.
El problema se agrava cuando existen serias acusaciones de corrupción en el seno de la FIFA en torno a la designación de Rusia y Qatar como las próximas sedes mundialistas, y seamos francos, si esto ocurre para designar una sede, ¿qué no ocurrirá para arreglar el resultado de un juego?
Durante varios años se han hecho investigaciones periodísticas serias en las que se señala la injerencia de mafias para el soborno de árbitros y jugadores con el fin de tener certeza en las apuestas realizadas en los centros especializados o en los juegos en línea.
Como sea, la actuación de los silbantes en el juego entre México y Camerún o entre Brasil y Croacia, fue francamente decepcionante, mancho la competencia mundialista desde su mismo inicio y despertó la suspicacia, ya de por sí dispuesta, de la afición en todo el mundo.
Todavía cuando se habla de competencias en el mundo deportivo, suele usarse la expresión “justa”; esto parte del supuesto que se enfrentan iguales que respetan las reglas y se ajustan a las decisiones de un juez para aclarar las disputas reglamentarias que pudieran presentarse, pero cuando el propio juez está parcializado al resultado del enfrentamiento, es imposible esperar una competencia justa, no ganará entonces el mejor, sino el más favorecido por la aplicación de una regla que se supone pareja.
La corrupción en el ámbito deportivo es una terrible manifestación de lo bajo que ha llegado el hombre en el afán de satisfacer sus ambiciones económicas y políticas, ya que en el deporte, supuestamente, nada se pierde ni se gana, más allá del orgullo y el honor que significan ser vencedor, o aún vencido, pero entregando cuerpo y alma en el terreno de juego, desafortunadamente nuestros deportes se han convertido ya en un interés de unos pocos que ganan miles de millones y junto con esas utilidades han contaminado el juego quitando su pureza y su razón misma de ser.
Hoy se enfrentarán dos países muy importantes en latinoamérica, dos países que compiten en muchos ámbitos, pero que en el futbolístico siempre han sabido ser amigos, veremos si no es destruida esa amistad por la corrupción deportiva.