Ayer venció el plazo para inscribir a los candidatos para las tres magistraturas vacantes del Tribunal Estatal Electoral, proceso que se tiene que reponer por instrucciones del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, pero olvídese si piensa que los diputados cederán ante la presión del mentado tribunal, ¡si no les hacen caso a los ciudadanos que los eligieron! Desde ahorita se puede decir que la decisión no va a cambiar y los electos serán los mismos que recetaron en “el inocentazo” de finales del año pasado cuando Diego Fernando Medina Rodríguez, Jesús Iván Chávez Rangel y Eduardo Ramírez Patiño, fueron nombrados por el Congreso Magistrados Numerarios del Tribunal Estatal Electoral.
Ojalá nuestros diputados hicieran quedar mal estos renglones, y se condujeran con mayor decoro en la elección de magistrados, pero los intereses personales y de grupo prevalecen sobre el interés superior de las instituciones.
Lo peor es que seguirán granjeando la mala fama de la que gozan entre la población de la entidad y la brecha entre ciudadanos y representantes se seguirá ensanchando. Como dice reconocido editorialista: ¡Al tiempo!