Cuando un médico yerra en el diagnóstico de una enfermedad, aplica el medicamento equivocado al paciente, pudiendo agravarle o incluso provocar su muerte. En la sociedad no es distinto, si un problema social es mal diagnosticado, las soluciones que se apliquen serán del todo ineficientes y podrán incluso agravar el problema.
En los últimos días circuló la noticia, difundida por autoridades educativas y de salud, sobre el aumento de embarazos en menores de edad, lo que los impulsa a dejar los estudios a edad temprana, por lo que han surgido planes para apoyarlos en dos vertientes; el primero proporcionando información sobre salud sexual y reproductiva y el segundo estimulando la permanencia en la educación con el apoyo con becas.
Ambas “soluciones” están, desde mi punto de vista, totalmente equivocadas.
Con respecto al primer aspecto, el embarazo de menores de edad, éste no se da por falta de “salud sexual y reproductiva”, tampoco se da por la falta de acceso a los métodos de planificación familiar; por el contrario, desde que se promueve el uso del anticonceptivo y el preservativo como método de control para evitar el embarazo, éstos han aumentado de manera significativa. Esto se debe a que se les enseña a los muchachos que pueden sostener relaciones sexuales sin que existan consecuencias, pero la realidad es que, al tener una vida sexual activa, en la etapa más fértil de la vida, es inevitable que tarde o temprano el embarazo se presente. Un amigo hizo un símil bastante plausible, es como dar chalecos antibalas y enviar a la gente al refuego, diciéndole que no les pasará nada. ¡Tarde o temprano una bala golpeará algún lugar no protegido por el chaleco!
Pero no acaba ahí el asunto… las autoridades educativas suponen que el abandono escolar se debe a que, una vez que nace el bebé, los padres tienen que trabajar, lo que sin duda en muchos casos es cierto, pero consideran que con una beca podrán resolver el problema, ¿y el tiempo que se tiene que dedicar a cuidar a la nueva criatura?, ¿o piensan que las abuelas tienen tiempo para hacerse cargo?
Ciertamente este es un problema que tiene que ser atendido de manera integral, los padres, primeros responsables de la educación de los hijos, tienen que saber platicar de este tema con ellos, precisamente en esa etapa tan importante de la vida que es la adolescencia. Los jóvenes no son perritos que no puedan controlar sus instintos, promover la abstinencia en base a la importancia que reviste el acto sexual para la relación de pareja es una mejor solución que el regalarles condones o enseñarles a tomar la píldora; esto no tiene que ver con una postura religiosa, sino con una necesidad de política pública realista. En Kenia, las autoridades lograron controlar la epidemia de SIDA promoviendo la fidelidad y la abstinencia, ¿por qué nosotros no podemos copiar las mejores prácticas?