La “Consulta Popular” puede ser convocada, de acuerdo con la nueva ley electoral, por el Presidente de la República, el 33% de los integrantes del Senado o de la Cámara de Diputados (aunque en esos casos se requiere la aprobación de ambas Cámaras), o 2% de los ciudadanos inscritos en la lista nominal de electores. Es en el último de los convocantes en donde se faculta al ciudadano para poder echar abajo aquellas leyes o políticas públicas que afecten a la mayoría o que generen un descontento social. La organización de las consultas estará a cargo del INE y se deberán llevar a cabo el mismo día de la jornada electoral federal, en este caso podría haber consulta en el 2015 y sus resultados serán vinculatorios cuando la participación ciudadana sea mayor al 40% de los ciudadanos inscritos en la lista nominal de electores.

Para el año próximo tendremos tres consultas: la del PAN sobre el salario mínimo, la del PRI sobre le número de diputados plurinominales y la del PRD sobre la Reforma Energética. Evidentemente los partidos están aprovechando esta figura jurídica para impulsar temas de su propio interés y que los impulsen electoralmente durante la campaña, pero ¿es lo que los ciudadanos necesitamos?, ¿esos son los temas urgentes del país? ¿O en realidad es una estratagema para atraer votantes en una elección en la que los institutos políticos carecen de personalidades que atraigan a la sociedad a las urnas?

La ley de la consulta popular, por su redacción, no vincula al Constituyente Permanente, en palabras de algunos expertos en el tema, esto porque la ley contempla que se sujete a ella el Ejecutivo y el Legislativo, pero dado que la modificación constitucional incorpora además a los Congresos de los Estados, la consulta no tendría efecto; por otra parte, otros constitucionalistas señalan que si sería vinculatoria una resolución de una consulta con más del 40% de electores inscritos en la lista nominal… finalmente será la Suprema Corte quien defina estas diferencias y nos saque de la duda al respecto.

Podría haber una cuarta consulta, si Morena presenta finalmente, antes del próximo día 15 de septiembre su pregunta con el aval de poco más de un millón seiscientas mil firmas, en cuyo caso tendríamos dos consultas simultaneas sobre la reforma energética.

En el caso del salario mínimo la respuesta es obvia, aunque no unánime, ya que más de doscientas normas, multas y tarifas están vinculadas al salario mínimo, su simple cambio no resuelve gran cosa, pero el PAN, que necesita borrar de la mente de los electores sus recientes escándalos y el pésimo desempeño en materia salarial del gobierno de Calderón, considera que esa pregunta le puede impulsar para revertir su estrepitosa caída de hace tres años. La del PRI es la más populista de las preguntas, ya que ni siquiera requeriría reunir las firmas, dado que tiene más del 33% de escaños en ambas cámaras, pero la pregunta es un tema totalmente vigente hoy entre los ciudadanos, aunque si por nosotros fuera, que dejaran solo 100, en vez de quitarlos, en fin, así pintan las consultas, una herramienta que debía ser de los ciudadanos y han secuestrado, nuevamente, los partidos políticos.