“Con su trabajo el hombre ha de procurarse el pan cotidiano, contribuir al continuo progreso de las ciencias y la técnica, y sobre todo a la incesante elevación cultural y moral de la sociedad en la que vive en comunidad con sus hermanos” (Laborem Exercens, JPII, 1981). Este concepto de trabajo, es el punto de partida para lo que desde los años 90’s se denominó “La Nueva Cultura Laboral” mediante la cuál se buscó acercar a empleadores y trabajadores, con el objetivo de beneficiar a la empresa, no como un ente de producción únicamente, sino como la unidad social del desarrollo económico, capaz de brindar a sus integrantes y a la sociedad todo tipo de beneficios, tanto económicos, como sociales y culturales. En este sentido, Carlos Abascal, como Secretario del Trabajo procuró impulsar una nueva mentalidad tanto en el ambiente empresarial como en el sindical y el de las propias autoridades, donde no se vieran unos a otros como rivales, sino como complementos en la búsqueda del bien común. Desafortunadamente el cáncer se llevó muy pronto a Don Carlos, sin embargo con gusto se puede constatar que su pensamiento, compartido y construido por muchos mexicanos, sigue en pie y continúa dando aliento a las relaciones laborales.