El gobierno abierto es la doctrina política que sostiene que los temas de gobierno y administración pública deben ser abiertos a todos los niveles posibles en cuanto a transparencia, esto debe ir unido a la creación de espacios permanentes de participación ciudadana y colaboración ciudadana. Un Gobierno Abierto asume el compromiso de garantizar que la administración y operación de todos los servicios públicos que el Estado brinda puedan ser supervisados por la comunidad, es decir, que estén abiertos al escrutinio de la ciudadanía. Dicho proceso, que incrementa la transparencia de la administración, debe acompañarse también por la generación de espacios de encuentro con la comunidad en los que los ciudadanos puedan participar en las decisiones de gobierno y colaborar con la administración en la búsqueda de soluciones a los problemas públicos canalizando el potencial innovador de los ciudadanos, el mercado y las organizaciones civiles para el beneficio de la comunidad toda.

México es uno de los líderes de este movimiento a nivel internacional, de hecho este año asumirá la presidencia de la Alianza para el Gobierno Abierto, y aunque hay avances en este sentido en el gobierno federal y en el senado, los gobiernos estatales dejan mucho que desear al respecto, no se diga el nivel municipal, en el que los alcaldes ejercen el poder como si fuera patrimonio propio.

El Gobierno Abierto requiere de un importante incremento en  la participación ciudadana, de otra manera los legisladores corren el riesgo de ser copados por los lobbies que llegan a empoderarse significativamente y cuentan con los recursos de las grandes empresas para alcanzar sus objetivos, dejando la representatividad del congreso en entredicho, en cambio, en el poder ejecutivo, es más difícil que actúen este tipo de grupos, pero sin una supervisión ciudadana, los servidores públicos se siguen despachando el presupuesto con la cuchara grande como si de sus recursos personales se tratara.

El esfuerzo por construir un Gobierno Abierto, ya sea ejecutivo o legislativo, es un mecanismo para salvaguardar nuestro sistema democrático, ya que permite una mayor cercanía de la sociedad con sus representantes o con los responsables de ejercer las políticas públicas impulsadas por estos.

Sin duda el reto, hoy en México, es el de construir sociedad, una sociedad que se ocupe de los asuntos públicos, no porque quiera ser omnisciente, sino porque sabe que “en el arca abierta hasta el justo peca”, la supervisión del ejercicio de los recursos es una corresponsabilidad de los ciudadanos para cuidar los recursos que nosotros mismos, a través de los impuestos, entregamos a nuestras autoridades para su adecuada y justa administración.

Trabajemos unidos, despertemos la conciencia de aquellos que aún esperan que les resuelvan sus problemas e invitémoslos a ser parte de la solución en la construcción de un México nuevo, más justo y más equilibrado.